Siempre se dice que los argentinos somos iguales a los italianos, y esta nueva comedia es para que más de uno se mire al espejo. Checco (el comediante Checco Zalone) es un empleado municipal de 38 años que vive con sus padres y tiene a sus beneficios de “empleo fijo” (vacaciones pagas, aguinaldo, etc.) como un orgullo, algo que arrastra de tradición familiar (como muchos empleados estatales en nuestro país, su padre es un jubilado municipal). Pero a Checco le tiembla el piso cuando aparece un funcionario neoliberal que ofrece “retiros voluntarios” para achicar el Estado. Aconsejado por el político que lo “acomodó”, Checco rechaza toda oferta de indemnización y en reprimenda es trasladado a un remoto puesto en un fiordo noruego, como asistente de tareas ecológicas. Allí, el protagonista no solo descubre formas civilizadas y remotamente distintas a las latinas, sino también a una italiana europeizada de quien se enamora. Aun en condiciones idílicas, Checco se resiste al cambio, a renunciar al empleo fijo, y ahí está la interesante moral, con ecos en nuestras costumbres, de esta discreta comedia italiana.