El cine italiano está pasando por un buen momento. En el primer trimestre, según los datos de Cinetel, que releva la información proveniente al 93 por ciento de la concurrencia de público a las salas del país transalpino, entre enero y marzo se vendieron casi 40 millones de entradas. Entre los títulos más exitosos está Qua Vado?, superando los 59 millones de euros recaudados y convirtiéndola en la película más taquillera del cine italiano.
El film es la cuarta apuesta del tándem Gennaro Nunziante – Checco Zalone (Luca Medici). Una relación que supo potenciarse desde su primera película con la autocrítica suficiente para reírse de ellos mismos. Desde Caída de las nubes (2009) hace alusión a la vieja dialéctica Norte/Sur; en Qué día hermoso (2011) habla sobre las diferencias y el racismo a partir de un ataque terrorista, y en El Sol en cubos (2013) aborda la crisis económica italiana.
En sintonía con una obra de carácter localista y nuevamente a través de la sátira sobre su idiosincrasia y los problemas de su país, Quo vado?, no es la excepción. La película narra las vicisitudes de un empleado público (Checco) a cargo, hace quince años, de una administración provincial dedicada a expedir las licencias de caza y pesca. Su única tarea es sellar las licencias. Sin otra perspectiva, más allá de su rutinaria labor, Checco es feliz en casa de sus padres, malcriado por la madre, y con una novia con la cual no tiene intención de casarse ni tener hijos. Pero todo cambia cuando el ministro de turno decide modernizar el sistema burocrático eliminando puestos de trabajo. Él deberá optar por aceptar una indemnización o ser traslado donde sea, y a cualquier precio, con tal de no perder el añorado “puesto fijo”.
Con alta dosis de humor, gags que autoparodian el costumbrismo y los malos hábitos, el film tiene influencias de la mítica commedia all’italiana enarbolada por Monicelli, Dino Risi y, más cercano en el tiempo, al trabajo de Moretti, donde la comicidad surge y se logra a expensas de la realidad, conocida también como “la apoteosis del fracaso” que abarcaba muchos temas locales como el desempleo, la corrupción, la exaltación de la mujer, el machismo, la política y la guerra, entre otros.
LA COMEDIA NO DESCARTA LA POLÍTICA
El realizador Gennaro Nunziante define su película como “una reconciliación necesaria con viejos problemas”, y continúa: “hoy Italia es el país más dividido en el mundo. Nos dividieron entre la izquierda y la derecha, entre el Norte y el Sur, entre ricos y pobres, la élite y el pueblo, cada vez más. Y sobre todo entre jóvenes y viejos, ocupados y desocupados, de una manera dramática. Acá el puesto permanente sigue siendo la máxima aspiración de muchos, nuestra película es un verdadero homenaje a la inseguridad, por lo que el nomadismo que te empuja a mirar a su alrededor y conocer otras realidades. Nuestro objetivo es que coexistan con ligereza y seriedad, la ironía, el humor, la diversión y la reflexión más seria. La comedia no descarta la política”.
Una de las escenas donde se traduce la obsesión de trabajar en el Estado, lo muestra a Checco de niño en el colegio. Cuando su maestro le pregunta que quiere ser cuando sea grande, él contesta: “Quiero ser un puesto fijo”. Luego lo vemos en su casa imitando la conducta de su padre cuando juega a ser burócrata, sella papeles y al levantar el teléfono, dice: “Te llamo yo, que no pago”.
El personaje de Checco Zalone encarna al típico funcionario de medio de pelo, lleno de vicios y mal acostumbrado a la seguridad de su empleo. La imagen da cuenta de la aún vigente inoperancia de ciertos ámbitos gubernamentales dejando al descubierto la mediocridad del italiano ventajero, intolerante y egocéntrico frente al resto del mundo. Un mundo, en el cual, hasta el mismo personaje se siente “incivilizado” frente a otros tan distintos como los Noruegos.
El guión de Nunziate-Zalone y la banda sonora compuesta por el propio Lucas Demici, aportan una dosis de dinamismo a un relato que, con escenas reiteradas como las llamadas al senador (típico clientelismo) o situaciones inverosímiles frente a una tribu, logra sostener el humor durante casi ochenta y seis minutos.
En No renuncio! no aplica el dicho se non è vero, è ben trovato (aunque no sea verdad, está bien compuesto), porque parte de su propia coyuntura para cuestionarla. El resultado es una comedia hecha a la medida de su realizador y dirigida a un espectador que se verá a si mismo como espejo del sistema.
Altamente recomendada para empleados estatales. No digan que nos les avisamos.
¡NO RENUNCIO!
Quo Vado? Italia, 2015.
Dirección: Gennaro Nunziante. Intérpretes: Checco Zalone, Eleonora Giovanardi, Sonia Bergamasco, Maurizio Micheli, Lino Banfi, Massimiliano Montgomery, Angelica Napa, Adam Nour Marino, Fabio Casal. Guión: Gennaro Nunziante, Checco Zalone. Fotografía: Francesco Di Giacomo. Música: Checco Zalone. Montaje: Pietro Morana. Duración: 86 minutos.