Segundas partes nunca fueron buenas reza el conocido refrán, y si de cinematografía hablamos, podemos asegurar que dicha afirmación suele cumplirse con frecuencia. Aún así, nunca es bueno generalizar y menos cuando algunas historias requieren de secuelas obligatorias para poder finalizar su arco narrativo. "No Respires 2" ostenta la particularidad de reunir dos de estas condiciones al mismo tiempo. Por un lado, se trata de una pésima segunda parte, y por el otro, resulta totalmente innecesaria. Y es que si bien, su predecesora tampoco es que haya sido una obra maestra, pero la introducción de un villano interesante y un buen trabajo de sonido habían redondeado un producto aceptable. Sin embargo, como es bien sabido, poderoso caballero es don dinero, y en esta secuela, ya ni siquiera hay un esfuerzo por disimularlo.
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Stephen Lang vuelve a repetir como protagonista al interpretar a Norman, un ex militar no vidente, que parece haber retomado una vida tranquila luego de los sucesos de la primer película. Al iniciar este film, lo vemos a cargo de una niña de 8 años llamada Phoenix, intentando cerrar el duelo de la pérdida de su hija años atrás. Pero Phoenix no es un niña cualquiera, sino que se transformará en un botín para una banda delictiva, lo que conllevará que Norman tenga que volver al ruedo para salvarla.
Ya sin el uruguayo Fede Álvarez en la dirección, el que toma el control es Rodo Sayagues, pero no termina modificando demasiado la ecuación, ya que ambos son los responsables de un guión que por momentos es lamentable.
Si volver a la idea de la home-invasion no era suficiente, la incorporación de elementos propios de la saga 'Taken' dan la idea de la falta de creatividad que sobrevuela durante todo el film.
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Ya sin esos silencios espeluznantes y sin la sorpresiva revelación del personaje de Stephen Lang, solo un arrebato de creatividad podía reflotar una historia que parecía cerrada. De más está decir que eso no ocurre, y que ni siquiera alguna que otra escena gore lograda son suficientes para brindarnos una buena experiencia.