El uruguayo Fede Álvarez (lee nuestra entrevista exclusiva ACÁ) sorprendió a todos con su brutal visión de Evil Dead, remake del clásico de Sam Raimi, que en un principio parecía una locura volver a filmar. Aquella fue su ópera prima. Álvarez pasó de hacer un corto en su Montevideo natal a trabajar en Hollywood sin escalas. El director salió bien parado de un desafío enorme como fue escribir y dirigir la reimaginación de una de las películas de terror más queridas de la historia, y decidió que la mejor forma de continuar su carrera era filmando nuevamente un guión de horror propio, esta vez basado en una idea original que desarrolló junto a su compañero de siempre Rodo Sayagues.
En No Respires un hombre mayor de edad y no vidente se transforma en la víctima perfecta de un grupo de ladrones, que ve en él la oportunidad de hacer algo dinero fácil. El plan es entrar a su casa por la noche mientras está durmiendo, y robar una indemnización que cobró hace años por la muerte de su hija en un accidente de tránsito. No es un golpe del que todos estén precisamente orgullosos -después de todo la víctima es un sexagenario ciego que perdió a su hija-, pero el miserable presente que llevan en una empobrecida ciudad de Detroit parece ser razón suficiente para realizar este último atraco, usar el dinero para mudarse a California y empezar de cero una nueva vida. Al llegar a la casa la seguridad es mucho mayor de la que esperan, rejas cubren las ventanas y las puertas cuentan con candados y cerraduras imposibles de forzar. De todas maneras logran entrar y la búsqueda por el dinero comienza, y a pesar de que tomaron todas las precauciones para que esta visita indeseada pase desapercibida, el ciego se despierta.
¿Tres jóvenes contra un hombre mayor y aparte ciego? En otro caso esto podría no representar problema alguno, pero resulta que el hombre es también un militar retirado de primera categoría que perdió la visión en cumplimiento de su deber. En un abrir y cerrar de ojos el grupo de ladrones cae en la conclusión de que subestimaron completamente a su víctima, y la única salida es escapar de la casa haciendo el menor ruido posible. Por desgracia descubren que salir será más difícil de lo que fue entrar, y que quizás todas esas barras en las ventanas y candados en las puertas estén ahí por alguna razón más que resguardar el dinero.
El enemigo en (su) casa:
Resulta increíble pensar que esta sea tan solo la segunda película de Alvarez, ya que encontramos un director en plena forma, como si llevara haciendo esto desde hace años. No sólo hay grandes ideas visuales -con las que suelen engolosinarse los directores que recién comienzan olvidándose así de la historia- hay también un manejo del suspenso que difícilmente se suela ver fuera de directores maduros y con experiencia en el género. E incluso teniendo espacio para el humor (del más negro que puedan imaginar), la película no deja de ser una experiencia absolutamente terrorífica y desesperante.
En el sub-género de películas “home invasion” o “invasión al hogar” la amenaza suele venir de afuera para alterar el status quo de las cosas, generalmente de una familia, amantes o grupo de amigos. Ejemplos sobran: Los Extraños, La Noche de la Expiación, Funny Games, Horas Desesperadas, Panic Room y muchas más. Pero no son demasiadas las que le han aplicado una vuelta de tuercas a ese género. Recientemente tuvimos You’re Next, de Adam Wingard, o más atrás en el tiempo La Gente Detrás de las Paredes del eterno Wes Craven. No Respires entra más en esta segunda categoría. Es una película donde casi nada es lo que parece. Donde la situación dentro de la casa es peor a la que los llevó hasta allí en primer lugar. Donde se invierten constantemente los roles en un mortal juego del gato y el ratón. Donde la linea que divide a los buenos de los malos es tan fina que por momentos se vuelve borrosa y hasta desaparece.
Esto es algo que se logra por obra y gracia de un guión inteligente, repleto de giros y sorpresas, en la que todos los personajes importan y hay espacio para su desarrollo. Ya sea los ladrones o el ciego que los irá eliminando uno a uno, Álvarez y Sayagues nos dan razones suficientes para sufrir junto a ellos. Se vuelve sencillo simpatizar con cualquiera, llegando al punto de desear una resolución en la que ambas partes puedan llegar a un acuerdo pacífico (que obviamente por el bien de la película, nunca va a suceder).
Conclusión:
No Respires es una película ágil y bien filmada. Es al mismo tiempo una experiencia asfixiante y angustiosa, que nos recuerda que a veces el ser humano puede ser el peor monstruo de todos. Stephen Lang en el rol del ciego es una verdadera revelación, encontrando a los 64 años el mejor papel de toda su carrera.