Suspenso que quita el aliento.
Entre los múltiples desafíos que propone el cine contemporáneo, la originalidad dentro del género suspenso es sin dudas uno de los más difíciles de lograr. Don´t Breathe triunfa, precisamente, al brindar una experiencia distintiva, que invierte en cinematografía de primer nivel y en buena narrativa al mismo tiempo.
La dirección de Federico Álvarez es quizás el punto más saliente de la película. Tanto la fotografía como la edición están milimétricamente pensadas para oprimir al espectador en todo momento y generar un estado de incomodidad permanente, pero no son sólo los aspectos técnicos los que se destacan en la propuesta. Don´t Breathe se guarda, inesperadamente, alguna que otra sorpresa dentro de la historia, lo que envalentona la experiencia vía el aporte de cierta sustancia narrativa extra.
Don´t Breathe tal vez no sea la película perfecta, pero está dentro de las mejores propuestas del tipo que hemos visto en los últimos años. Para ver en la oscuridad y en absoluto silencio.