Entretiene hasta que se vuelve melodramática
Este es el tipo de comedia dramática que, muy a pesar del espectador, poco a poco se va a convirtiendo en un melodrama temible con algunos destellos cómicos. El problema es que empieza como una comedia disparatada que no por boba deja de ser bastante divertida, al menos en su primera parte.
El director interpreta a un tarambana incapaz de asumir ningún compromiso, hasta que un mal dia, una de sus novias pasajeras a las que seduce como lugareño de Acapulco, le aparece en la casa con una bebé, su hija, a la que le entrega antes de desaparecer impiadosamente.
Como la chica es estadounidense, el desconsolado protagonista decide ir a buscarla a los Estados Unidos para encajarle a la beba. El viaje, totalmente delirante, es lo mas divertido del film, sobre todo la parte en la que logra que los lleve un camionera de muy pocas pulgas pero gran corazón.
A partir de este momento, la película empieza a lucir demasiado larga y con demasiadas vueltas. Una de ellas es el encuentro casual del padre improvisado y un productor de cine en busca de un experto en escenas de riesgo que se anime a hacer cosas realmente audaces. Un accidente no sólo sirve para que el protagonista descubra su genuino amor paterno, sino para que además quede contratado como el stunt oficial del productor. Este detalle hará que el tarambana que nunca trabajaba en su Acapulco natal ahora tenga un puesto muy bien pago que le permite malcriar por completo a su nena, ya que la beba crece y durante la mayor parte del film es una niña de 7 años.
Las múltiples vueltas del argumento, entre otras la reaparición de la madre de la chica, se vuelven muy cansadoras antes de pasar la mitad del film y, sobre todo, lo que se va volviendo más y más incómodo es el tono melodramático. Con todo, hay lindas imágenes (la película en general está bien filmada), buena música, y algunas escenas de animación muy atractivas.