Es o se hace
No soy Lorena (2014), de Isidora Marras y protagonizada por Loreto Aravena, Paulina García y el argentino Lautaro Delgado, narra las desventuras de Olivia, una joven que recibe llamadas telefónicas reclamando la deuda de una tal Lorena Ruíz.
No soy Lorena narra la vida de Olivia (Loreto Aravena), una joven actriz que recibe una persecución telefónica por una deuda de una tal Lorena Ruíz. En medio del acoso permanente y la falta de un órgano legal que la ayude a resolver su problema, Olivia comenzará una carrera burocrática para defender su identidad, mientras lucha con su madre enferma (Paulina García), una relación rota que no quiere despedirse (Lautaro Delgado) y la construcción de un personaje teatral que no puede dar lo mejor de sí.
Durante los últimos tiempos el cine chileno ha mostrado una serie de películas que afrontan un riesgo estético y narrativo llevándolo a posicionarse entre los más destacado de Iberoamérica. Y la idea de No soy Lorena es más que atractiva para colocar a la ópera prima de Isidora Marras entre ese grupo. Pero hay un problema y es que lo que en principio es una idea original se desvanece ante la falta de verosimilitud en la resolución del conflicto.
Se nota un total desconocimiento de parte de la autora en cómo afrontar un hecho real a través de la creación de conflictos que también lo sean. La escena del embargo es una muestra de cómo situaciones forzadas, inverosímiles y carentes de cualquier realismo pueden arruinar una película. A eso se le suma una serie de historias que se abren y que no conducen a ningún lado. Sí es destacable la actuación de Loreto Aravena como la Olivia-Lorena y la siempre convincente Paulina García en un personaje menor, más de relleno que de otra cosa, al igual que el argentino Lautaro Delgado.
No soy Lorena es una película fallida por donde se la mire, filmada por una directora que desconoce el sector social que trata de representar. Una perla negra dentro de una filmografía de la que se han visto verdaderas joyas. Este no es el caso.