En algún momento Julia Roberts fue la reina de la comedia “blanca” antes de dar algunos volantazos y modificaciones en su carrera a medida que la edad le exigió ciertos cambios.
Tom Hanks y Meg Ryan nos enamoraron con comedias simples, bastante obvias, a las que se les cuestionaba poco y nada. Emma Stone y Ryan Gosling hacen una buena pareja en “Crazy, Stupid Love” pero tampoco el guion es una genialidad por más que tuviese momentos de mucho lucimiento y sin ir más lejos, cualquier receta hollywoodense no es, a los ojos de la crítica, tan castigada como cuando hablamos de comedias románticas argentinas.
Sin ir más lejos, gran parte de la crítica local pareció disfrutar de ensañarse, el año pasado con la opera prima de Juan Vera, “El amor menos pensado” con Ricardo Darín y Mercedes Morán, sin poder dejarse llevar por la simpleza de una comedia muy bien hecha, con excelentes actuaciones, momentos de mucho humor y lucidez, aunque ya desde el afiche y el tráiler, nos estuviese anticipando todos los rincones previsibles a los que la historia iba a echar mano.
Frente al estreno de la última película de Marcos Carnevale, parece mucho más honesto escribir pensando en el lector, en el que público que concurre a las salas cada semana aportando el valor de su entrada.
Desde ese punto de vista, cabe destacar que “NO SOY TU MAMI” cumple perfectamente con lo que promete, está muy bien hecho, aún con sus rasgos sumamente televisivos, y con un elenco que se presta al juego de la comedia romántica clásica –aunque todo haga pensar que presume de “progre”- y no desilusionará al consumidor de este tipo de productos.
Particularmente, Marcos Carnevale como director, siempre ha llevado los vicios de la televisión a la pantalla grande, pero de todos modos, sabe crear películas convocantes a nivel taquilla sin que esto implique un desmedro en la calidad técnica o que no intente desde su guion una estructura un poco más sólida que un mero unitario de la factoría Pol-ka o Underground, por citar a las principales productoras televisivas de la actualidad.
Carnevale repite la exitosa receta de actores de gran trayectoria con un libreto ameno que apunta más al “crowd pleaser” que al cine de autor y con el rabillo del ojo contemplando también a la taquilla.
Así son recordadas algunas de sus películas como “Inseparables” (excelente química entre Oscar Martinez y Rodrigo de la Serna), “Corazón de León” (comedia y reflexión sobre los diferentes, de la mano de Francella y Julieta Diaz), la recordada “Elsa & Fred” y una amor de la tercera edad con la eterna China Zorrilla en un protagónico imborrable o la mezcla entre drama y toques de comedia en “Viudas” con Valeria Bertucelli y Graciela Borges.
Obviamente “NO SOY TU MAMI” se inscribe en este grupo, y realmente es más agradable este cine comercial de Carnevale que cuando arriesga al drama y cae en la pomposa solemnidad de “El espejo de los otros” o el subrayado lacrimógeno de “Tocar el cielo”.
En este caso, la protagonista es Paula (Julieta Diaz) que junto con su socia (Valeria Lois, una excelente actriz que debiese cuidar un poco más no quedar atrapada en este tipo de papeles en los que despliega más una morisqueta que una genuina veta de comedia) deberán salvar su proyecto editorial, una revista cuyas ventas están tan bajas que peligra fuertemente la continuidad de su tirada.
Es así como surge la idea de la columna “Razones para no ser madre” que rápidamente romperá con todas las estructuras y posicionará a Paula y a la revista como un gran suceso de mercado. La mirada despiadada y resentida de Paula sobre la maternidad y, en particular, sobre las madres que idealizan ese rol, junto con su estilo de escritura directo y sin pelos en la lengua, la convierten velozmente en un récord de ventas.
Ella está harta de dar explicaciones, de justificar porque decide postergar el deseo de la maternidad o inclusive ni siquiera tenerlo entre sus planes. Además de la mirada reprobatoria del mundo exterior, deberá inclusive rendirle cuentas a su propia hermana (Celina Font, una de las guionistas del filme) que parece empecinada en convencerla de lo equivocado de su decisión.
Su mundo lleno de certezas y su actitud de mujer segura de sí misma comienza a resquebrajarse cuando se muda Rafael (Echarri brillando una vez más con su carisma, en un papel totalmente a su medida), un agente inmobiliario que es papá casi full time ya que la madre de su hija lo ha “abandonado” siguiendo un proyecto laboral en Finlandia (!).
Por esos enredos típicos de la comedia, un día Paula se ofrece a ayudar a Rafael, yendo a buscar a su hija Rocío –una pizpireta Rocio Vladimirsky que es otro acierto de casting- a la salida del Jardín.
La niña no tiene mejor idea que decir frente al nutrido grupo de madres que espera en la puerta del colegio (con un aire a “Según Roxi” un mordaz e irreverente retrato de los diferente estereotipos de madres que uno podrá encontrar en cualquier jardín / colegio primario) que Paula es su mamá.
A partir de ahí se sucederán una serie de enredos que Paula a su vez “aprovecha” para meterse en el mundo de la maternidad y sus recovecos: la logística del “pool” para repartir a los chicos, rifas y colectas para regalitos de cumpleaños, estrategias para conseguir las figuritas o los útiles en el abarrotado kiosco a la salida del cole, consignas y secretos del grupo o un picante “after office” en donde confesarán algunas intimidades, en donde siempre tratará siempre de sacar provecho y extraer información directa de la fuente, para luego disparar sus dardos desde su exitosa columna.
“NO SOY TU MAMI” acierta en la pintura de esos personajes secundarios que buscan la complicidad directa con el espectador.
El grupo de “Mammis” del cole, tiene momentos verdaderamente desopilantes y excelentes trabajos de Magela Zanotta, Luciana Lifschitz y Dolores Ocampo y además, Daniela Pal, la niñera de Rocío, logra con su personaje algunos momentos de notable lucimiento –aunque se le puede reprochar estar construido en base a un prototipo de lesbiana que parece aferrarse demasiado a ciertos clichés anacrónicos-.
La química entre Echarri y Julieta Diaz es la base fundamental para que la comedia llegue a buen puerto y ambos parecen ideales para estos roles.
Aunque el guion peque de oportunista en un momento en donde la figura femenina está en permanente (re)construcción para arribar a nuevos lugares de privilegio y de “empoderamiento”, la propuesta global de “NO SOY TU MAMI” no intenta más que una comedia romántica con un intento de aggiornamiento al incluir personajes con diversidad sexual, las madres que hablan en el after office sin pelos en la lengua –en una escena que desentona completamente con la propuesta general y raya la grosería- y que pretende ciertas “libertades” en la concepción de pareja cama afuera que tiene Paula (con un buen co-protagónico de Sebastián Wainraich).
Obviamente la historia sobrevuela todos los temas sin ningún tipo de profundidad pero tampoco se supone que un producto Carnevale apuntase a la reflexión y a los subtextos, sino que toma estos elementos para construir una comedia pasatista, con muy buenos momentos y personajes, que si bien parecen escapados de una sit-com televisiva por el timing de sus diálogos, responden a la receta de una comedia romántica convencional y que agrada masivamente al público que la consume.
Y en ese sentido, cumple con creces.