En los últimos dos o tres años se han dado a conocer varios films argentinos de tono romántico y estructura coral semejantes a esta brillante ópera prima de Federico Finkielstain. Títulos como Amor en tránsito, La ronda, Solos en la ciudad o Güelcom se pueden mencionar; pero sin dudas, más allá de alguna inspiración, este es el mejor largometraje nacional concebido dentro de esta suerte de subgénero. Porque No te enamores de mí cuenta con un sólido guión del propio director, una realización pulida que está al servicio de las diferentes historias que se cuentan y fundamentalmente con un espléndido elenco, versátil para la comedia y el drama.
Por el camino de las relaciones de pareja y con distintos matices se va desarrollando un film de ritmo sostenido pero que también se toma saludables tiempos para que sus personajes transiten por determinados trances psicológicos, lo que le da mayor envergadura a la narración. Treintañeros que le buscan rumbo a sus relaciones afectivas con un deseo en común: hallar un amor verdadero que colme sus vidas. El abanico de alternativas es amplio y disfrutable, dotado de la virtud de que las distintas situaciones seducen –valga el término- en forma uniforme, con alguna bienvenida sorpresa final.
Finkielstain se muestra además como un gran conductor de actores, entre los que se destacan Guillermo Pfening, intérprete muy requerido por el cine argentino más reciente, que logra quizás su mejor trabajo; y Violeta Urtizberea, que llena la pantalla de gracia y sensibilidad, logrando una dupla imperdible con Ana Pauls, toda una revelación. Y son excelentes los aportes de Julieta Ortega, Pablo Rago, Mercedes Oviedo, la breve participación de Luisina Brando y Tomás Fonzi, en el rol más introvertido y difícil.