Amores insensatos para identificarse
Durante un instante el espectador puede aterrarse pensando que ésta es otra película aburrida sobre personajes entre traumaditos o directamente estúpidos, ciento por ciento Palermo Soho, a los que no les pasa nada interesante. Solo que aquí pasa de todo, incluyendo idioteces con las que es fácil identificarse.
Lo curioso es que en verdad la película se ocupa de personajes perfectamente ubicables en esa zona de Palermo y sus alrededores, entre ellos un fotógrafo que viene de Bangladesh, que, ojo, no es la India. Pero las insensateces perpetradas por todos y todas son absolutamente creíbles, y el director se ocupa de que sus miserias, traumas y torpezas resulten auténticos, genuinos, verosímiles y, por momentos, bastante divertidos.
Los misterios de las pasiones románticas o simplemente sexuales perturban a casi todos los personajes, que casi siempre hacen todo mal, a veces prácticamente a propósito. Algunos y algunas tienen conflictos imposibles, y en medio de esta historia coral al mejor estilo Altman, el personaje de Pablo Rago, harto de que lo cargoseen, sirve como cable a tierra, lo que de todos modos no le sirve para escapar del mismo insensato laberinto pasional donde está atrapado, igual que todos los demás.
«No te enamores de mí» está muy bien actuada y filmada, no es pretenciosa en absoluto, y tiene tantas escenas de amor (o sexo, como se lo quiera ver), como para calificar de auténtico cine erótico a toda superacción. Hay diálogos realmente heavy metal, sin desperdicio, y una notable banda sonora a cargo de Ivan Wyzogrod. Como decía Truffaut, las buenas películas no suelen ser las que intentan hacernos sentir inteligentes, sino las que nos enfrentan con nuestra propia insensatez.