Llega a salas la ópera prima de Federico Finkielstain (guionista y asistente de dirección de títulos como "Palermo Hollywood", "Gigantes de Valdes", "El salto de Cristian"), "No te enamores de mí", arriesgada historia coral sobre los desencuentros de las parejas jóvenes (y no tanto) en estos tiempos que corren. Si bien muchos pueden calificarla como "comedia romántica" (incluso Julieta Ortega así lo manifestó), creo que es más justo definirla como un drama, donde sí, el (des) amor está presente y gravita en la vida de los protagonistas decisivamente.
La trama integra dos relaciones triangulares, por un lado tenemos el matrimonio entre Paula (Violeta Urtizberea) y Sergio (Pablo Rago). La primera es una brillante estudiante de psicología y su esposo, un hombre que en apariencia lo tiene todo, éxito material pleno... Pero algo sucede en el seno de la pareja, ya que él tiene amante, Alejandra (Julieta Ortega). A ella le cuesta sostener el encuadre de descarga ocasional y le hace fuertes planteos a Sergio en busca de un golpe de timón que cambie la ecuación planteada... Por otro lado, está Sofìa (la magnética Mercedes Oviedo), quien es la novia oficial de Maxi (Tomás Fonzi) Ella también tiene algunas dudas sobre su elección (está a punto de irse a vivir con él), pero al conocer en una fiesta a su hermano, Martìn (Guillermo Pfening), duda (si, ya saben, eso pasa...!). Este último es un fotógrafo prestigioso que viaja mucho por el mundo y le cuesta establecerse en algún lugar. De más está decir que la atracción será mutua...
Hay algunas historias secundarias más, pero estos personajes son los que llevan adelante la historia y la cámara los mostrará, cruzandose a lo largo de un año y veremos entonces como evolucionan sus diferentes recorridos.
"No te enamores de mí" es un interesante ejercicio de caracterización de universales (el compromiso, la rutina marital, la tentación hacia lo prohibido, el valor para entregarse a un sentimiento) que están, en crisis. Lo rico que posee el libro que dibuja la red vincular es que muestra situaciones creíbles, transitables y de identificación natural. En muchas líneas de los diálogos, si estás entre los 20 y 40, seguramente te vas a encontrar... Animarse a romper estructuras en pos del ser buscado o de modificarlas para conservar al encontrado, son cuestiones que atraviesan a las parejas de estos tiempos, es por esto que esta cinta, elige bien su objetivo, hay material para bucear en la problemática y eso hace que el film sea atractivo para ese segmento del público.
Por otra parte, si bien el guión a veces tiende a resolver algunas cosas con llamativa facilidad, no siempre elige el destino correcto (a veces se percibe una valoración moral en la suerte de los protagonistas no aconsejable). Si, hay que reconocerle a Finkielstain, que aprovecha al máximo la fuerza de su elenco. Tiene actores que vienen de la televisión y que se complementan muy bien. Dentro del sólido cast, nos gustaron mucho Ortega y Pfening, quienes regalan destacables composiciones, emotivas y directas. El humor proviene, mayoritariamente, de la simpática y dulce Urtizberea, querible aunque demasiado cerca de sus roles conocidos en el medio. Hace su aporte también, la maravillosa Luisina Brando que con un par de escenas, pinta perfecto una madre (la de Maxi y Martín) a la altura del conflicto.
No es un film redondo y la mayor observación que puede hacérsele es que no despliega toda la química que potencialmente tiene (si el sexo rige tanto la vida de estos personajes, no hubiese sido mejor darle tiempo y espacio a esta necesidad?), pero más allá de eso, pensamos que esta es una cinta que no defrauda. Honesta y sencilla, si la eligen, seguro que los hará pensar y disparará charlas posteriores si van en pareja...