En el verano de 1934, Mateo sale de la cárcel. Vagabundo anarquista, recorre la llanura pampeana con un furgón viejo cargado de gallinas robadas, y la ilusión de reencontrar a su gallo, El Rey, para llevarlo al triunfo en una riña. Un encuentro casual lo pone frente a Aurelia y Carmelo, dos hermanos en busca de su padre. Mateo decide acompañarlos hacia el Sur. Atravesando una tierra marcada por el desarraigo de las migraciones internas, Mateo, Aurelia y Carmelo construyen un nuevo destino.