Good John Callahan
No te preocupes, no irá lejos (Don’t Worry, He Won’t Get Far On Foot, 2018) es una biopic bastante convencional sobre un hombre que se volvió famoso por un humor poco convencional. Tras quedar paralizado de por vida, John Callahan se descubrió caricaturista en sus intentos por recuperar la motricidad de sus manos y se dedicó a crear crudas viñetas llenas de humor negro. El tipo de humor que en 1983 era controversial y hoy en día sería directamente prohibitivo.
Desde su silla de ruedas Callahan daba su bendición al resto del mundo para reírse de temáticas tabú como discapacidades. De ahí el título de la película (basada en sus memorias), tomado de la capción que subtitula una imagen de una pandilla de vaqueros a caballo que descubren una silla de ruedas abandonada en el desierto. Como Gary Larson y Gahan Wilson, Callahan presentaba imágenes absurdas pero el humor emanaba de las oraciones sencillas y declarativas que las acompañaban, por lo general dando a entender un tétrico o ridículo implícito.
La película ilustra los chistes más famosos de Callahan como pequeñas animaciones, pero el foco del guión no es el arte ni la carrera del hombre, ni presenta su cuadriplejia como el gran obstáculo a sortear. En lo que a la película (y seguramente al libro detrás) respecta, la verdadera discapacidad de Callahan era su alcoholismo, identificando al resto de las tragedias de su vida como meros síntomas de la verdadera enfermedad.
La mayor parte de la película detalla la rehabilitación mental de Callahan, que debe aprender a dejar de tener lástima de sí mismo, dejar de asignar culpas e identificar correctamente la raíz de sus problemas. El corazón de la película está en el lugar correcto. Pero más allá de la intención el recorrido no es muy distinto al de otras películas mejores o peores pero definitivamente parecidas. Gus Van Sant ya quería hacer la película en los 90s con Robin Williams en el papel principal; es fácil imaginar el tipo de biopic sentimental y vigorosa que hubiera salido de aquella colaboración porque se parecería a tantas otras películas de ambos artistas por aquella época.
Joaquin Phoenix es algo viejo para interpretar al protagonista desde los veintitantos pero es una buena elección para dar vida al dañado y traumado Callahan. Jonah Hill hace de su mentor, un gurú gay que más allá de reunir a sus acólitos en su exuberante mansión y tratarlos de “cerditos” los indoctrina severamente para que abandonen el rol de víctimas cuanto antes. ¿Hace bien la película en dedicarle más tiempo a Callahan como víctima que como héroe irreverente? Jack Black, en tan solo dos escenas, sugiere una vida entera y compleja. Rooney Mara en el monótono papel de la enfermera/novia de Callahan es una adición obligada e históricamente incorrecta.
Puede que No te preocupes, no irá lejos no sea la película más representativa del hombre o del artista, y la forma no esté totalmente a la altura del contenido, pero propone el mensaje correcto, cuenta con dirección y actuaciones fuertes y celebra un merecido in memoriam.