Una tragedia edulcorada.
Lo que podría haber sido una brisa de aire fresco, una inspiración que reflejara la miseria existencial de un adicto y el padecimiento de una persona que debe aprender a convivir con una discapacidad, termina en un tratamiento superficial, sin sustento dramático.
Dont Worry, he wont get far on foot es el título que proviene de una caricatura de Callahan, la cual representa unos jinetes en el desierto persiguiendo una silla de ruedas vacía. Se trata de un film estadounidense, con tono de comedia dramática basada en la biopic de John Callahan interpretado por Joaquín Phoenix. John es alcohólico, sufre de un desafortunado accidente automovilístico luego de una noche de juerga con su amigo Dexter (Jack Black), en el que queda cuadripléjico. Motivado -si se quiere- por sentirse preso del pasado en el que carga con la pesada mochila de no ser amado por su madre y por un ratoncito al que observa feliz dentro de su jaula, comienza el tratamiento de 12 (doce) pasos, apadrinado por su carismático compañero Donny (Jonah Hill). Llega a sus manos un regalo que lo salvará… crea dibujos con humor negro, críticos e insolentes, que le darán éxito internacional. En ellos, Callahan, descubre una nueva forma de ver la vida y siente felicidad.
En cuanto al guion y pese a la destacada actuación de Joaquín Phoenix, Gus Van Sant no logra su cometido de transmitir el alma del conflicto del protagonista, desaprovechando la oportunidad de consagrarse como ya lo ha hecho por ejemplo en Good Will Hunting (1997) o Elephant (2003) con elementos tan contundentes, como el origen de las adicciones y la enorme fuerza de voluntad que se requiere para semejante recuperación, sin conmover profundamente al espectador o resultar una historia de influencia para personas que están padeciendo y, de seguro, necesitando un verdadero mensaje motivador de fe o esperanza. No profundiza lo suficiente en cada tema que se expone y se sienten exageradas, abruptas o poco creíbles las historias y personalidades de sus compañeros de grupo de terapia y la breve participación de su supuesto mejor amigo tiempo después del accidente; además, parece como sacada de la galera la relación amorosa que tiene, lo cual es desalentador, no da volumen a la historia principal y bien podría tratarse de un invento o alucinación de John en un intento de supervivencia.
Sin embargo, es un film ágilmente editado y dirigido. Con un acertado humor que mantiene el equilibrio entre lo entretenido y lo dramático, el humor negro y el melodrama. Como mensaje, se podría decir que el arte, el humor y la empatía hacia el otro, son primordiales para lograr una verdadera sanación.