Híbrido entre ficción y documental, el filme del director español que filmó la excelente YATASTO en Córdoba, Argentina, en 2011, se centra en una pareja de ancianos españoles (Felisa y Antonio), en lo que parecen ser sus últimos meses de vida, debido al fragil estado de salud de ambos. El filme comienza en un hospital para luego irse a la casa en un pequeño pueblo en la que ambos viven con las dificultades de la edad y, además, las económicas.
Si bien el límite entre la ficción y el documental es difuso y por momentos Paralluelo se mete en algunas complicadas situaciones éticas (en ese sentido uno prefiere pensar que muchas de las escenas fueron ficcionales), lo que trasciende en el filme es la historia de amor entre estos dos viejitos, dos seres solos que solo se tienen el uno al otro, sus anécdotas, sus historias (algunas de ellas maravillosas, otras divertidas) y que tratan de sobrevivir con elementos mínimos: luz, agua, algo de comer y la paciencia y comprensión de dos personas que han vivido toda una vida y llegan a su final luchando contra las dificultades pero juntos. O, como dicen ellos, durmiendo en la misma cama…