UN MITO QUE DESBORDA LATINOAMÉRICA
En No viajaré escondida, el director Pablo Hernán Zubizarreta aborda una figura fantasmal y mítica con un exhaustivo trabajo de investigación que procura unir, como si se tratará de un rompecabezas, las partes de la vida de Blanca Luz Brum a través de anécdotas y testimonios. Sin embargo y a pesar del largo tiempo de trabajo, su biografía sigue siendo una incógnita donde se acumulan más preguntas que respuestas pero esto es, precisamente, lo fascinante de una figura que atravesó con sus contradicciones algunos de los movimientos políticos y artísticos más importantes del siglo XX. O eso parece con certeza, a pesar de que voces como la crítica de arte mexicana Raquel Tibol (que abre el documental con su testimonio rabioso) se encarguen de defenestrarla y degradarla.
En todo caso, la poetisa uruguaya es el eje de este documental estructurado en las distintas etapas de su vida, que se sostiene en un sólido trabajo investigativo. Para ello Zubizarreta recaba en testimonios y material de archivo que va desde filmaciones a fotografías, e incluso cuando resulta no hallarse lo que se busca, este es un elemento más para comprender la caótica vida de Brum. La falta de información siempre parece ofrecer un camino a nuevas variables investigativas pero también a cuestionar a la leyenda tejida en torno al personaje. Una de sus cercanas de la infancia plantea que de niña ella solía ver trenes en lugares donde era imposible que eso ocurriera y en otro momento se plantea que solía mentir para que se hable de ella en la mesa, para no perder vigencia. Todo este manto de duda es parte del mito y el director lo abraza, dejando en el rodaje incluso la búsqueda de un documento fundamental para entender su vínculo con el peronismo que no resulta exitosa.
Su relación con figuras como el poeta peruano Juan Parra del Riego, el intelectual José Carlos Mariátegui (colaborando en la célebre revista Amauta en varios de sus números), el revolucionario nicaragüense Augusto Cesar Sandino, el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, el periodista y fundador del diario Crítica Natalio Botana, el político chileno Juan Antonio Ríos, el también político Juan Domingo Perón y el dictador chileno Augusto Pinochet hablan de una figura ya de por si inasible, sobre la que el anecdotario y testimonios apenas rasgan la superficie, y el director propone por momentos ficcionalizar a través de breves interludios teatrales y la voz de Mercedes Moran encarnando a Brum. Esta liquidez entre los hechos reales y la ficción ayudan a dimensionar la figura de la poetisa, alejándola de las pretendidas certezas que habitualmente encienden los documentales y dándole una mayor riqueza al mito sobre el que se sostiene.
En todo caso, más allá de una duración que puede ser un tanto extenuante debido a lo estructurado de la propuesta, la fascinación que ejerce la figura de Blanca Luz, el maratónico trabajo de investigación y una musicalización sublime hacen de este documental una propuesta fundamental.