Una comedia que comienza muy bien, se empantana un poco hacia el final pero que en resumen resulta divertida. A esta producción con la dirección conjunta de John Francis Daley y Jonatan Goldstein, con guión de Mark Perez, lo mejor que le pudo pasar es tener como protagonistas a Jason Bateman (un actor completo, que puede hacer cualquier género, pero que en esta comedia brilla) junto a Rachel McAdams que tiene la mejor química con su esposo de ficción. Ellos conforman una pareja unida por el gusto por los juegos, todos los imaginables en la paleta hogareña, que componen con su veta competitiva, pero que descubren que ella no queda embarazada porque el tiene sus espermatozoides poco activos. Parece que la culpa la tiene su hermano mayor, millonario y brillante que siempre lo maltrata y desvaloriza y encima esta por venir de visita. También tiene un vecino encarnado por Jesse Plemons que casi se roba la película. Pero cuando se ponen en juego un tema de secuestro que se supone broma y no lo es, con corridas, armas de juguete y verdaderas, balas de fogueo y otras reales, la película toma vértigo y pierde un poco su encanto, justo cuando se profundizaba un poco en sus ricos personajes. Buenas bromas, resoluciones inteligentes. Y aunque tiene algunos defectos, la diversión esta asegurada y posiblemente el éxito también.