Max y Annie son competitivos, aman los juegos y se aman el uno al otro. Una pareja hecha en el cielo de los juegos de mesa que organiza un encuentro semanal con sus mejores amigos para despuntar el vicio de ganarles al Monopoly, al Pictionary, al Dígalo con mímica o lo que se les ocurra.
Además, Max (Jason Bateman), y Annie (Rachel McAdams) quieren tener un hijo, un proyecto que se complica porque, según la especialista, Max está demasiado tenso. El origen de sus nervios parece ser el retorno del exitoso Brooks (Kyle Chandler), su hermano mayor y eterno rival. Y, de hecho, será ese regreso el que ponga en movimiento la trama que combina la comedia de enredos, el humor negro y la acción. Lo que sucederá cuando Brooks proponga una noche de juegos distinta y más inmersiva de lo habitual requiere que el espectador suspenda el sentido de realidad por un rato y se anime a subir a la montaña rusa que proponen los directores John Francis Daley y Jonathan Goldstein, guionistas de Quiero matar a mi jefe.
De aquella comedia toman la idea de enfrentar al hombre común que Bateman interpreta a la perfección con situaciones extraordinariamente peligrosas. Claro que si la película consigue despegarse de la media es gracias a McAdams, brillante como la dulce e intrépida Annie, y al lugar que le otorga al elenco secundario en el que se destacan Sharon Horgan (creadora y protagonista de la serieCatastrophe) y Jesse Plemons(Fargo) en el papel del vecino más inquietante que se pueda conseguir.