Entretiene más si se olvida el original
Es verdad, no era «El ciudadano», «Casablanca», ni «Psicosis», ni siquiera algún Drácula de la Hammer. Pero «La hora del espanto», es decir la «Noche de miedo» de 1985, era una muy buena película de vampiros suburbanos, con un don especial para mantener el equilibrio entre la parodia, el homenaje al género, y el auténtico terror.
Teniendo esa película en mente, con esta nueva «Fright Night» está todo mal. La remake es un producto típico de la fiebre de nuevas versiones de films de terror de los 70 y los 80. El guión realmente es pésimo, empezando por el hecho de arruinar todo el suspenso hitchcockiano surgido del conflicto del adolescente que sabe que su vecino es un vampiro, sin que nadie le crea ya que, ahora, desde el vamos el vampiro revela sus malas intenciones, y no hay margen alguno para sutilezas.
Pero si bien esta nueva «Noche de miedo» está armada como una especie de estudiantina televisiva teenager con vampiros, por más descerebrada que sea, la verdad es que nunca aburre. Hay mucha acción, chorros de sangre y algún crucifijo arrojado al espectador en la version 3D, formato por momentos utilizado de modo realmente creativo para describir la desolación del suburbio semi abandonado de Las Vegas al que se muda el vampiro protagónico.
Una vez entendido que el guión es malo -lo que es evidente aun no habiendo visto el film original-, se puede disfrutar de escenas aisladas con buenos gags, imágenes fantásticas super imaginativas y hasta interesantes aportes a las reglas de la mitología vampírica. También se aprecia el recurso de convertir al antiguo presentador de films de terror/cazador de vampiros Peter Vincent (inolvidable Roddy MacDowall) en un mago dark al estilo Chris Angel, un buen trabajo de David Tennant. De hecho, hay muy buenos actores que logran volver interesantes a sus personajes más allá del flojísimo guión: Anton Yelchin es un gran paranoico, y el talentoso Christopher Mintz-Plasse (el de «Super Cool» y «Kick Ass») debería haber tenido más escenas como nerd vampirizado, mientras que la beldad adolescente Imogen Poots realmente logra transmitir el auténtico conflicto que subyace en todo relato de vampiros. Y Toni Colette (la protatonista de «El casamiento de Muriel» o la madre del atormentado chico de «Sexto sentido») logra salir ilesa de algunos de los diálogos mas ridículos del film.
Mientras que «La hora del espanto» era una buena película, esta «Noche de miedo» es un desastre bastante divertido, que puede calificar como placer culposo. El lado bueno es que debe haberle dado buenos dividendos al injustamente olvidado director y guionista del film original, Tom Holland (el papá de Chucky) que no filma nada hace añares. En la película también aparece brevemente el chupasangre original, Chris Sarandon, cuya actuacion parece haber sido estudiada de cerca por Colin Farrell, que logra que su vampiro sea bastante mejor que la película.