Estrenada recientemente en las salas argentinas, Noche de paz es la opera prima del joven director de cine y guionista polaco Piotr Domalwski, quien previamente venía de realizar una serie de cortos poco conocidos.
La cinta comienza con Adam (Dawid Ogrodnik), un joven polaco que regresa a su casa tras una (o más) temporada en Holanda, país en donde trabaja desde hace un tiempo. Allí lo espera tanto su familia, como su esposa, quien está a la espera de un hijo, motivo por el cual Adam decide filmar las peripecias que vive en el retorno a su Polonia natal, como presente para su futuro descendiente, así como los hechos que irán transcurriendo a medida que se aproxime a su destino. No tardarán en suceder acontecimientos que reflejan una serie de conflictos latentes de difícil resolución, que reflejan un contexto familiar complejo, que quizás sean la razón del distanciamiento de Adam de sus parientes. No obstante el verdadero motivo del regreso del joven no es pasar las fiestas con su familia, sino que tiene otras intenciones, las cuales irá contando progresivamente y de a poco, sabiendo que puede provocar el rechazo de uno o varios integrantes de dicha familia, he incluso generar o incrementar discordias varias, principalmente con su hermano Pawel (Tomasz Zietek)
Es cierto que no hay mucha originalidad en los planteos ni situaciones que propone Domalewski, recurriendo a una serie de lugares comunes y resoluciones esperadas, más si consideramos la historia cinematográfica del cine europeo en general, y el cine polaco en particular. Pero sin embargo no podemos negar que el cineasta combina con categoría el drama con la comedia, dando como resultado, por un lado, algunos momentos simpáticos, de tono alegre, y otros, por el contrario, dotados de una carga dramática acertada, retratando un claro contraste entre lo que supuestamente reflejan las fiestas familiares de fin de año, y lo que puede acontecer cuando la realidad de trasfondo es mucho más amarga, corrosiva, llena de fantasmas del pasado, conflictos sin resolver, y diferencias de pensamientos. En lo referido a actuaciones todos cumplen su labor, dando credibilidad a los sucesos que abordan a los miembros de dicha familia. Sin ser una obra maestra ni nada por el estilo, Noche de paz cumple las expectativas, siendo una comedia dramática que vale la pena ver.