Sí, es otra película más de reuniones familiares. Es otra más que revisita todos los lugares comunes del subgénero (si es que así podría definírselo) y por lo tanto encontraremos la típica película coral con secretos, mentiras, ocultamientos, rencores y cuentas pendientes, familiares que no se toleran, ganas de hacer las paces y todos los ingredientes típicos de la receta de esos encuentros familiares que se imponen más por tradición o por obligación, que por verdadero placer.
Quien recuerde el film dirigido por Jodie Foster “Feriados en Familia / Home for the Hollidays” con Holly Hunter, Robert Downey Jr y Anne Bancroft sabe de encuentros familiares en tono de comedia disparatada pero apuntando a una fiestas típicamente norteamericanas como el día de acción de gracias.
Por otro lado, hay encuentros familiares dramáticamente devastadores, como los que generalmente aparecen en las filmografías escandinavas y más particularmente en la laureada e inolvidable “La Celebración” de Thomas Vinterberg que pareciese ser el icóno del encuentro familiar en donde explota el núcleo más pustulento y la verdad comienza a salir a la luz.
Pero si tuviésemos que emparentar a “NOCHE DE PAZ” con algo de lo ya visto, no sería ninguno de esos dos casos. No vira al tono de la comedia como la de Foster –aunque poner un poco de humor le hubiese venido bastante bien-, ni tiene anclaje en la parte dramática de la forma que lo hace la de Vinterberg, con esa profundidad y esa contundencia.
El film polaco de Piotr Domalewski, en cambio, prefiere un tono intermedio donde apela más al costumbrismo, a los detalles observacionales sin que el humor se encuentre demasiado presente pero sin que tampoco aparezca tan subrayado el tono dramático de la historia.
El sentido coral de la historia es sólo un mero elemento de la puesta en escena del filme, pero la cámara elige perseguir a un solo personaje casi excluyente y la narración encuentra un tono muy similar –demasiado por momentos- a “Sieranevada” de Cristi Piu, y en la comparación, podemos decir que pierde por goleada. El protagonista de la historia es Adam.
Ya en las primeras imágenes (muy cautivantes dentro de la propuesta, por cierto) nos enteramos con una ecografía que va a ser papá. Con lo cual el enfoque de la película es “hijo, te voy a contar lo que es nuestra familia” y desde allí lo acompañamos en su viaje con el objetivo de pasar las navidades con su familia de origen y comunicar la noticia. Decide visitar a su familia solo, dejando a su esposa embarazada en Holanda, donde ahora residen.
En este encuentro familiar aparecerán sus padres, sus hermanos, sus primos y sobrinos y el primer choque que aparecerá, es el de volver a tomar contacto con el entorno rural y la vida pueblerina en su Polonia natal. Piotr Domalewski apuesta al derrotero personal de Adam –dejando el relato coral de lado- y lo que le producen cada uno de esos pequeños reencuentros.
La narración por lo tanto es más episódica y centrada fundamentalmente en la figura del protagonista, lo que hace que los roles secundarios carezcan de fuerza y de peso dramático en la historia, despertando muy esporádicamente un leve interés. Se presentan sólo como excusa narrativa para abordar algún conflicto con el protagonista, que es el eje central –y casi excluyente- de la historia.
Tensión con el padre (obviamente no podía faltar), problemas entre hermanos por la venta de una casa familiar, el catolicismo omnipresente en la sociedad polaca, problemas con el alcohol, disputas por dinero y tensiones que se van encaramando hasta que se despierte la violencia.
“NOCHE DE PAZ”, es una Opera Prima correcta tanto en la dirección como en los rubros técnicos, muy bien filmada pero que falla en el tono en el que aborda la problemática familiar generando algunas expectativas que finalmente no se resuelven.
Hacia el final, un par de hechos trágicos dan un vuelco en la historia que de esa forma cierra con ese dolor y esa melancolía, con esa desesperanza que Domalewski venía anticipando, pero que no se animó a sostener a lo largo de todo el filme.