El director polaco Piotr Domalewski cuenta un drama familiar para su ópera prima que fue elegida mejor película el año pasado en su país. La trama gira en torno a Adam, un joven que viaja a la casa de sus padres en el campo para pasar la Navidad y con otro motivo que revelará a lo largo de las 24 horas que permanecerá allí. El cineasta suma capas de conflictos en la relación entre casi todos los miembros de la familia: el hermano, la madre, el padre y una mujer con la cual espera un hijo. La época del año, con lluvias y nieve, agregan densidad a un relato en el que sin embargo Domalewski consigue filtrar algunos segundos de humor absurdo surgido de las pequeñas desventuras cotidianas.
La elección del director es mostrar con crudeza todo la incomodiad que producen las situaciones forzadas, empezando por el viaje agotador de Adam. El director sigue al personaje con la cámara al hombro, mientras Adam deja registro del viaje con una videocámara como un legado para su hijo en camino. Narrada como una historia circular, el agobio de los conflictos superpuestos y las subtramas también conflictivas reflejan con eficacia la asfixia del protagonista al que espera un final impiadoso.