Noches de encanto

Crítica de Bernabé Quiroga - CiNerd

ESTRELLITA, ¿DÓNDE ESTÁS?

Fácilmente se podría dividir a NOCHES DE ENCANTO (BURLESQUE, 2010) en dos conjuntos. Al primero, el más destacable de la película, lo integran los espléndidos números musicales interpretados por la cantante (y actriz a medias) Christina Aguilera, y la ya leyenda de la show business Cher. En el segundo conjunto está lo peor de este musical dirigido por Steve Antin: Personajes sumamente chatos, lugares comunes, un desbocado desinterés por sus propios conflictos y actores desperdiciados. En la escena inicial del film ya se percibe ese cansino cliché andante que es la historia de la protagonista, que ya está tan (mal)gastado que incluso pasó a ser parte de uno de los gags de la genial sitcom de la CBS: Al igual que Penny de “The Big Bang Theory”, Ali (Aguilera) es una pueblerina que deja todo para alcanzar su sueño de ser famosa. Así llega hasta Hollywood y, mientras busca trabajo, va a parar a una casa de burlesque. Jajaja. Perdón, es que me acordé de un capítulo de “Los Simpsons”. Dentro de esta casa de burlesque (Jeje), un grupo de bellas mujeres bailan sensualmente. Tras bambalinas está Tess (Cher), propietaria del lugar con problemas de deudas. Junto a ella está su gayfriend Sean (Stanley Tucci). Ninguno de los dos sospecha que su salvación acaba de entrar por la puerta: Ali tiene una potente voz que pondrá de cabeza la vida de todos, enamorará al barman y sí, salvará al burlesque.

Como verán, no tengo ningún problema en revelarles el final de la película porque, al igual que el desenlace de las demás pobres subtramas del film, es súper obvio. Hay personajes estereotipados, otros ignorados (¡Tucci, por Dios!) y otros presentes pero que no aportan nada. Y lo peor de todo es que el personaje que más acapara la atención del film es el de Aguilera, a tal punto de dejar casi de lado la historia que todos creían que sería la principal: Aunque el protagonismo de las subtramas va y viene, NOCHES DE ENCANTO se centra más que nada en Ali y (más de lo quisiéramos) en su insulsa relación con Jack, el barman. Así la película se ve obligada a desplazar mucho de lo que pasa en el burlesque, hasta dejarlo en segundo plano, y las únicas veces que lo visitamos es para ver un número musical. O a Cher, quien aun puede hacer vibrar los parlantes - su canción “You Haven't Seen The Last of Me”, ganadora del Globo de Oro, es uno de los momentos más emotivos - y dar una buena interpretación a pesar de no poder mover los músculos de su cara por tantas cirugías. En cuanto a Aguilera, si actuara tan bien como canta, esta mina ganaría el Oscar. Pero no es así. Su personaje cansa la mayor parte del tiempo, y su actuación no convence nunca debajo del escenario. Sí, NOCHES DE ENCANTO es un film flojo cuando está lejos del escenario. Pero sobre las tablas es otra cosa.

En el escenario pasa lo mejor de la película: La estruendosa gran voz de Aguilera le da el ritmo a números musicales encantadores, sexys y muy entretenidos. Muchos colores, vestuarios, canciones y coreografías presentadas al mejor estilo Broadway, que su director supo filmar de la manera correcta y que los amantes de los musicales agradecerán. Este es el segundo conjunto del que hablaba al principio de la crítica. Lamentablemente, la película no logra balancear ambos y NOCHES DE ENCANTO pasa al olvido así como su obviedad narrativa y sus canciones que no llaman tanto la atención. No salí tarareando ninguna de ellas. Diferente fue mi experiencia con NINE (2009), otro reciente musical muchísimo mejor trabajado. El tema “Be Italian” estuvo en mi cabeza por toda una semana. Ni hablar de temazos como “Life is a Cabaret” de CABARET (1972), “Gee, Officer Krupke” o “America” de AMOR SIN BARRERAS (1961), o las inconfundibles “You're the one that I want” de GREASE (1978) y “Singin' in the Rain” de CANTANDO BAJO LA LLUVIA (1952)... Okey, ya me fui por las ramas. En fin, una lástima por NOCHES DE ENCANTO.