Nocturna: El terror a perder la identidad
El final es en donde partí…
Gonzalo Calzada acostumbra a dirigir películas que escapan de los cánones coyunturales, y en tiempos de encierro y finales, convoca a Pepe Soriano para una agridulce experiencia cinematográfica con Nocturna.
¿De qué va?
Ulises está cerca de cumplir cien años, y presiente su muerte. Una noche experimentará un extraño hecho que lo obligará a replantear su pasado, su presente y su mirada sobre la realidad en la que cree vivir. Torturado por remordimientos y culpas, confundido por alucinaciones, deberá hacer un último esfuerzo por mantener la cordura en sus últimos días, o transformarse en un alma en pena en eterno retorno.
Nocturna está basado en un libro escrito por el mismo director, uno que al igual que la película no se consume de manera lineal. Estamos frente a un hecho artístico atípico, experimental, jugado… Con anclas en el género de terror gótico y oriental, pero con fuertes raíces también en el drama y las relaciones entre personajes.
Un departamento algo antiguo, de esos que se pueden encontrar en el microcentro. De techos altos, postigones de madera y colores amarronados. En ese lugar yace una pareja de ancianos: él está llegando a los 100 años y su cabeza se pierde en el retorno a un pasado mejor, ella vive con miedo y aislada.
Todo se desarrolla en una noche. Mientras las agujas del reloj avanzan, el tiempo entre las paredes del departamento se vuelven algo difusas. Ulises (Pepe Soriano) no recuerda como llega a cada rincón del lugar que habita, mientras el tiempo se corta (y vaya si lástima…) y salta. En la televisión un documental habla sobre cómo los elefantes al llegar al final de su vida tienen una revelación.
Dalia (Marilú Marini) sólo vive para regañarlo. Se siente desnuda y frágil, en un edificio que fue abandonado por varios inquilinos, y que recientemente sufrió un robo. Mientras Ulises recuerda el comienzo del amor, Dalia se esconde del presente con miedo y beligerancia.
Pero nada, NADA es lo que parece.
Esa misma noche llueve copiosamente, el encargado del edificio Daniel (Lautaro Delgado Tymruk) se preocupa del estado de salud del anciano propietario luego de encontrarlo parado y perdido con una lista de compras que no le muestra. Lo insta a quedarse dentro del departamento, ya que al día siguiente todo va a mejorar.
Golpean la puerta, Elena (Desirée Salgueiro), fotógrafa y que vive en el piso de arriba se encuentra toda mojada pidiendo entrar al departamento de Ulises y Dalia. Se la siente descolocada, enojada y perdida, no la dejan ingresar y todo se complica desde ahí…
Nocturna es una película de terror… en realidad no. Es una experiencia cinematográfica formada de dos películas: una más “narrativa” y otra más “experimental”. Una realizada de manera digital y otra analógica. Una contando una historia con cierta linealidad, y otra con pensamientos y monólogos internos que complementan lo que sucede en la primera.
Gonzalo Calzada expone sus fantasmas y plasma todo su amor por el cine en una receta que no se parece en nada a lo que consumimos en este país. Hay mucho del cine de terror oriental, pero también de la Nouvelle Vague, y cositas de Gus Van Sant, de Haneke, de Kurosawa, de Wim Wenders… algo inclasificable, Nocturna termina siendo una película de terror no tanto por los elementos genéricos que utiliza, sino por la idea que deja resonando en la cabeza: no hay terror más grande que el de perder la identidad.