El director de La plegaria del vidente, Resurrección y Luciferina continúa indagando en el terreno del terror psicológico con esta historia centrada en Ulises (Pepe Soriano), un hombre que orilla los cien años y vive junto a su mujer (Marilú Marini) en edificio antiguo donde se desatarán una serie de eventos que lo llevarán a confundir realidad con alucinaciones, el presente con su propio pasado.
En la primera escena, Ulises está desorientado en el hall central de su edificio, hasta que el portero (Lautaro Delgado) lo ayuda a llegar a su departamento. Un síntoma evidente que la falta de memoria integra la nómina de los achaques de su vejez. Pero esa misma noche, el pedido de auxilio de una vecina, la misma que inmediatamente después sufre un accidente mortal, enciende la mecha de una seguidilla de hechos donde nada es lo que parece.
Nocturna - La noche del hombre grande propone una especie de mezcla entre la oscarizada El padre y el cine de M. Night Shyamalan. De la primera toma la percepción alterada del protagonista y dueño del punto de vista, empujando al espectador a un terreno tan ambiguo e impredecible como la mente de Ulises. Del segundo, una seguidilla de revelaciones y vueltas de tuerca acumuladas durante los largos cien minutos de metraje.
El relato funciona como un rompecabezas pesadillesco donde las escenas se repiten, aunque con pequeñas alteraciones que llevan a Ulises a la confusión total. Una confusión generalizada, en tanto la propia película se vuelve caótica por sus peripecias narrativas y su grado de ambición.