Vuelo corto
No se anda con vueltas el catalán Collet-Serra. En la primera escena presenta al personaje principal, a cargo de Liam Neeson. Un atribulado, alcohólico y agotado sujeto llamado Bill Marks que parece tener en mente solo a su hija, y que ahora abordará un avión que cruzará el oceáno rumbo a Londres.
Iniciado el vuelo, Bill recibe inquietantes mensajes de texto en los que un desconocido amenaza con matar a un pasajero cada veinte minutos si no se le deposita una millonaria cifra en dólares.
Desde el principio, el catalán ofrece al espectador todo un catálogo de sospechosos entre los pasajeros, para ofrecer la obligada distracción que este tipo de filmes requiere. Sí, todo es muy obvio, pero funciona.
Neeson vuelve a explotar el filón que desde "Taken" le viene dando excelentes resultados económicos, y repite con el catalán luego de hacer la fallida "Unknown".
Suspenso de manual en las alturas es lo que promete este filme, y cumple, no sin darle al espectador discursos post 9/11, una buena dosis de espectacularidad y escenas que desafían toda lógica, honrando así al más inverosímil cine de héroes estilo McLane.