Volando con Neeson
La nueva aventura (esta vez aérea) que involucra a Liam Neeson como protagonista se mantiene a la misma altura que la que el avión vuela en casi toda la proyección, esto es, manteniendo un acertado equilibrio entre acción, tensión y esa dosis de desconcierto que se genera en el espectador cuando intenta descifrar quién es el asesino. El gigante de 1,93 m. vuelve a demostrar por qué le sientan tan bien este tipo de papeles, convenciendo otra vez como un hombre común, con frustraciones y problemas a cuestas, pero capaz de desenvolverse con ímpetu cuando con sus manoplas reparte algunas que otras trompadas limpias.
La trama tiene al actor irlandés como Bill Marks, un agente federal de aerolíneas con dificultades para controlarse con el alcohol y con ciertos dramas personales que acarrea hace años. Una vez a bordo, la intriga y el suspenso cobran vida cuando a Bill le empiezan a llegar mensajes de texto en los que se le asegura que una persona morirá cada veinte minutos a no ser que sean transferidos 150 millones de dólares a una cuenta bancaria que le especifican.
Jaume Collet-Serra (La huérfana y Unknown, entre otras) sabe cómo entretener a base de la conjunción de aquellos componentes esenciales con los que debe contar todo buen thriller. A estos les adhiere el uso de nuevas tecnologías, con el dispositivo móvil (y sus funciones) como elemento vital en el desarrollo de la historia. Pero el atractivo principal radica en la propuesta con la que desafía al público a descubrir, en una suerte de juego de gato y ratón, quién es el real criminal y creador de tamaño plan acechante. Y el director acierta, puesto que maneja los primeros planos de los personajes como en una doble faz de despiste y detalle, en donde el observador debe estar atento a cada movimiento para dilucidar y hallar al culpable.
Trepidante, ágil, pochoclera y tensa aunque no asfixiante como Phone Booth o 911 Llamada mortal, por citar dos ejemplos, Non-Stop: Sin escalas conserva el nivel de expectación durante todo el metraje, incluso añadiendo una atinada bocanada de virajes y vueltas de tuerca ingeniosamente construidas. A pesar de rozar el inverosímil en algunas situaciones, la película gana más en entretenimiento de lo que pierde en este tipo de pormenores a los que se les puede hacer la vista gorda y redondear para arriba su score final.
LO MEJOR: Liam Neeson secundada por una nuevamente convincente Julianne Moore. El suspenso y la acción que maneja. Muy entretenida. Bien filmada, grandes giros.
LO PEOR: incongruencias en algunas determinaciones.
PUNTAJE: 8