Jordan Peele ha logrado algo bastante inusual en esta era del cine, especialmente en el americano. Considerado un rayo de esperanza dentro de la industria, el famoso escritor de sketches cuenta ahora con tres obras con un buen balance entre historia y dirección, y que además, se superan a sí misma. Get Out, su opera prima, se puede considerar como un proyecto pequeño y directo. Us, por su parte es una obra arriesgada y valiente dentro del género. Nope, la película que nos compete, es un reversionado al mismo cine moderno hollywoodense. Tres vertientes diferentes que están unidas atreves del mismo hilo. Sea la supremacia blanca, nuestros demonios interiores o un alíen, el director advierte a gritos la presencia inmediata de un mal mayor.
Seis meses después de que unos objetos cayeran del cielo y le produjeran la muerte a su padre, los hermanos OJ (Daniel Kaluuya) y Emerald Haywood (Keke Palmer) dueños de un rancho, están convencidos de que un extraterrestre, que se esconde en una nube, es el responsable de la desaparición de sus caballos y de extraños apagones. Lejos de salir corriendo, Emerald ve una oportunidad millonaria si logran documentar al “objeto no identificable”, mientras que OJ se toma a pecho la lucha, como en el lejano oeste.
Es de destacar que en está película Peele muestra una maduración en algo que ya venia haciendo bien, el suspenso. Desde el primer minuto la historia se empeña en poner a los personajes en situaciones tensas que, en la mente de un tipo que hizo algo como Us, es claro que puede pasar cualquier cosa. La técnica es más efectiva que en sus dos primeras películas. Sin embargo, esta es solo una capa del film, ya que es razonable decir que Nope destaca porqué toma todo el horror que el director ha venido trabajando, lo contextualiza en un western (el final es un hermoso homenaje a Sergio Leone y Ennio Morricone) y le suma Tiburón, Jurassic Park, Indiana Jones, ET y Encuentro cercanos del tercer tipo. Sí, sin ningun aviso, aparece en pantalla Spielberg en cada momento. En otra palabras, aparece la ciencia ficción, la aventura, la comedia, el drama familiar, el contacto, entre otras cosas. Aparece un revisionado al blockbuster.
En los detalles está la maestría dicen algunos, para Peele los detalles pueden venir en distintos tamaños, desde comentarios como “hubiera votado a Obama si se pudiera volver a hacer”, o en canciones como Fuck the police, o incluso, en subtramas como es el caso de Nope. Desde el primer momento, y gracias a una genial historia de un Chimpancé asesino, el director va dejando piezas del rompecabezas de la película.
Además del trabajo del autor, el éxito de la película viene en primera parte por el trabajo Hoyte Van Hoytema, el ya fiel director de fotografía de Nolan con trabajos en Interstellar, Specter, Dunkirk, Ad Astra, Tenet y próximamente en Oppenheimer. El suizo atrapa con primeros planos a los personajes sin dejar un lado lo basto del cielo. En segunda parte por los efectos especiales que no distraen. Y por últimos en las actuaciones, especialmente en la de Keke Palmer que a pesar de ser irritable por momentos, es el corazón de la película. Kaluuya por su parte personifica al héroe del oeste de pocas palabras.
Nope es un gran acierto por donde se lo mire. Consolida a Jordan Peele como un narrador, perfecciona su trabajo en el género e incluso se atreve a jugar con los límites de este. Otra demostración que el blockbuster puede ser original y a la vez entretenido.