Uno de los aspectos más interesantes de ¡Nop! fue su campaña publicitaria y el misterio
que la atravesó.
Jordan Peele se convirtió en un referente del cine de terror y suspenso, primero con su
gran (y oscarizable) ópera prima Get Out (2017), seguida por la más que entretenida y
escalofriante Us (2019).
Así que, para su tercer film, se empleó la intriga digna de sus tramas pero en el
marketing. Nadie sabía de qué se iba a tratar. Amén de su llamativo título y su poster
que no apuntaba a un lugar seguro.
Lo cual tuvo un doble filo sin dudas. Ya que por un lado la expectativa generada fue
enorme y por otro el peligro de no estar a la altura.
Así que esta reseña respetará eso y no mencionará nada que tenga que ver con la
historia, lo cual es muy difícil.
Si tengo que comparar con sus películas anteriores, ésta es la que menos disfruté de
Peele. Tal vez me jugó en contra su marketing…
Ahora bien, su construcción funciona a la perfección cual reloj suizo. El conflicto va in
crescendo y te atrapa en todo momento.
Pero le falta el fuerte impacto que tuvo sus trabajos previos donde el golpe de efecto se
daba de manera más natural y aquí se siente que se busca todo el tiempo.
Hay sobresaltos y tensión, pero no alcanza para lo que la prensa cataloga como “el
nuevo Shyamalan” o “heredero de Hitchcock”.
El elenco encabezado por Daniel Kaluuya está más que correcto. Empatizás con ellos
desde el primer instante, desde lo más básico hasta sus aspectos poco ordinarios, tales
como su historia familiar.
En definitiva, ¡Nop! es una gran propuesta de suspenso terrorífico que aumentará la
tensión de los espectadores en una sala de cine en comparación a una TV.