Película sorpresa (y estreno sorpresa)
Sin que mediara siquiera el envío de una gacetilla de prensa informando de su lanzamiento, aparece en la programación del cine Premier (habitual sala "de cruce" y con sólo tres funciones diarias esta más que interesante ópera prima como director del uruguayo Daniel Hendler, que no merecía este estreno "fantasma". Así, a las apuradas, reproducimos la reseña publicada tras su presentación en la Competencia Internacional del último BAFICI.
Figura fundamental -desde lo actoral- del Nuevo Cine Argentino, Hendler debuta en la dirección de largometrajes con la historia de Norberto, un hombre en apariencia bastante mediocre, cuya existencia se conmueve por completo cuando pierde su trabajo y su pareja.
Luego de conseguir un puesto decididamente precario en una inmobiliaria, se inscribe en un curso de teatro alternativo y esa decisión cambia su lugar en (y su relación con) el mundo. El film está al borde de caer en cierto patetismo y en reiterar algunos elementos de las películas de Rebella-Stoll (25 watts, Whisky), pero adquiere vuelo propio cuando se arriesga a sumergirse en la intimidad de su criatura, con todo lo de tragicómico, sensible, triste y angustiante que esa exploración conlleva.
La relación con su jefe, con una compañera de trabajo y con sus colegas con los que monta una obra sirven para descubrir las contradicciones, las tensiones internas y la vulnerabilidad de un hombre gris que, en manos de Hendler, se convierte en un (anti)héroe de rasgos fascinantes. Con La vida útil conformaron un doble programa que ubicaron al nuevo cine uruguayo entre los grandes exponentes del BAFICI 2011.