Tribulaciones de un hombre pequeño
Más que una mirada aguda sobre la vida de los actores principiantes, Norberto apenas tarde, debut en la dirección del actor Daniel Hendler, es una sencilla y agradable tragedia existencial a la uruguaya que nos sumerge en el microcosmos de su protagonista (Fernando Amaral), un hombre gris y pequeño que se encuentra atravesando varias crisis y que gracias a la vía de escape del teatro vocacional avizora una luz al final del túnel.
Este prototipo de antihéroe se queda sin trabajo y sus dilaciones y falta de iniciativa conspiran contra su relación de pareja hasta padecer el gradual abandono de su novia (Eugenia Guerty).
En el interín de su búsqueda de nuevos horizontes, un esporádico trabajo como vendedor de inmobiliaria lo obliga a reflexionar sobre cómo se interrelaciona con el entorno. Es así como la irrupción del teatro vocacional le abre un puente con un mundo desconocido para el que no necesita nada más que actuar un personaje que no es.
Y en esa disyuntiva de actuar para vivir o vivir para actuar se entrelaza este melancólico repaso por las zonas interiores de la psicología de Norberto.
La sutileza y el humor brillan en este retrato intimista, bien elaborado por Hendler, en el que se puede encontrar alguna que otra influencia del estilo de Daniel Burman pero que no renuncia en lo más mínimo a un tono singular y propio de su autor.