Es una historia bien intimista sobre los días de tres hermanas :Teresa (Eugenia Guerty), Amanda (Vanesa Weinberg) y Ema (Nora Zinski), que se reencuentran en la casa de su infancia después de la muerte de su madre y deben decidir el destino de la propiedad a la que ellas llamaban "la quinta",
Una de las hermanas vive en Europa y está a punto de volverse, otra tiene problemas económicos; la menor, tiene otras preocupaciones; en un momento sucede algo inesperado, accidentalmente quedan encerradas en esa casa, es cuando la directora comienza a darle forma a la narración y va marcando los encuentros, desencuentros y la personalidades de tres seres diferentes a los que solo los une la sangre o el vinculo.
Todo se va desarrollando dentro de la casa como asi también en otros lugares como el jardín con pileta, y niños que viven lindante a la casa, los cuales se divierten haciendo travesuras; y se van intercalando con distintas situaciones que van reflotar del pasado, aparecen los recuerdos, la madre hoy ausente, los miedos, los reproches y salen a la luz los secretos que guardan cada una de ellas.
En medio de tanto encierro los personajes pueden transferir al espectador esa sensación de claustrofobia, esta la tensión constante, se van creando distintos climas, jugando con el absurdo, la comedia y al mismo tiempo el drama, todo el film se encuentra en blanco y negro, tiene algo de Chejov, tiene algo del “El juego de la silla”, de Ana Katz, su narración tiende a ser muy teatral, le falta ritmo, a pesar que se encuentra interpretada por buenas actrices, por momentos la propuesta se diluye, le falta fuerza para conmover a la platea, no llega a inquietar demasiado y termina siendo un film fallido.