Potente melodrama que plantea la necesaria idea de comunicar libremente los vínculos y el amor a partir de un vínculo cimentado en el amor, pero también en la mentira, teniendo como respuesta directa el odio y la lesbofobia. La directora logra con un simple conflicto hablar de la universalidad del amor y su fuerza para enfrentar adversidades.
Se estrena en Argentina “Nosotras (Deux)”, una genial producción bajo la dirección del italiano Filippo Meneghetti. Se trata de un film francés en coproducción con Bélgica y Luxemburgo, que fue elegido para competir en la ceremonia de los Premios Oscar 2021. Además, fue nominada a los Globos de Oro. La película narra el amor secreto entre dos mujeres mayores, unidas para superar todo tipo de obstáculos. Barbara Sukowa y Martine Chevallier le dan vida a dos vecinas, de un mismo piso, que llevan una relación amorosa a escondidas de su familia por décadas. El film tiene una interesante manera de plasmar esta historia emocionante que además cuenta con grandes cuotas de suspenso e intriga de tintes oscuros.
DE PUERTA A PUERTA Dolorosa, intimista y de una calidez infrecuente es la propuesta de Filippo Meneghetti, su opera prima, que cuenta con un plus notable: la potencia actoral de su dupla protagónica. Nina (Barbara Sukowa) y Madeleine (Martine Chevallier) viven ese amor de vecinas, de puerta a puerta, en secreto y a espalda de todos. El inicio de Nosotras es un encuentro de pieles, de intimidad entre penumbras, de baile y música adheridas a dos cuerpos que se desean, se tocan, aman y necesitan. Esos silencios transmiten felicidad y ocultamiento al otro. Pero esa felicidad verá trastocada por lo inesperado, el corte abrupto a propósito de la declinación de salud de Madeleine. Ese quiebre se produce a los veinte minutos del inicio de una trama que, desde allí, acumulará otros riesgos y nuevas zonas de conflictos, también la aparición de personajes secundarios de peso (la hija y parentela cercana a una de las mujeres; la enfermera presta a ayudar a Madeleine). Nosotras es una película de perfil bajo, de construcción de personajes y de climas atenuados que no necesitan de subrayados y escenas de alto impacto. En las miradas y decisiones de Nina frente a la inmovilidad casi total de Madeleine están los detalles que sintetizan el dolor, la casi resignación por ese presente que se fue de manera inesperada, el temor a la soledad, el secreto de la felicidad de una pareja que debería revelarse, la sensación de impotencia ante la fatalidad. El director Meneghetti explora con su cámara un par de ambientes, solo eso, esos espacios íntimos en donde dos mujeres de setenta años fueron felices y ahora las separa el dolor. En ese escaso tránsito entre un departamento y otro se sintetiza la débil frontera entre la felicidad y la desazón, esos bellos momentos íntimos y un presente difuso e inestable por circunstancias inesperadas. Desde allí, el personaje de Nina toma la posta del relato y se convierte en el punto de vista de la película. En las decisiones que deberá afrontar para no perder al gran amor de su vida y en las complejas peripecias que tendrá con la hija de Madeleine. Nosotras en un film de cámara, refugiado en dos o tres espacios, que no reclama del espectador un sentimiento más exigente que el de una caricia, una insinuación, un instante efímero de felicidad. Para comunicar ese bajo perfil desde su propuesta argumental, como ya comenté, el film cuenta con dos notables actrices. Por un lado, la francesa Martine Chevallier, quien en un par de planos al inicio de la historia transita el oscuro camino a la enfermedad. Y Nina, en la piel de la bella madurez de la gran Barbara Sukowa, actriz de Fassbinder (Lola; la miniserie Berlín Alexanderplatz) y Margareth Von Trotta (Rosa Luxemburgo; Las hermanas alemanas; Hannah Arendt), quien a través de sus silencios y pequeños gestos se resume una historia de amor. Eso es Nosotras y resulta más que suficiente.
El próximo jueves 17 de noviembre llega a los cines de Argentina, el primer largometraje dirigido por el cineasta italiano Filippo Meneguetti, “Nosotras”. Una cautivante historia de amor entre dos mujeres mayores, interpretadas de manera sublime por las actrices Barbara Sukowa y Martine Chevallier. Dos niñas, Nina y Madeleine, juegan a las escondidas en un parque. Una de ellas se tapa los ojos con su brazo, mientras la otra se esconde imperceptible detrás de un árbol. Sin embargo, cuando parece que será descubierta, la niña escondida, como por arte de magia desaparece. Así, se inicia esta hermosa película. Ahora, esas dos pequeñas amigas que se entretenían ocultándose, de adultas deberán esconderse, ya no como algo divertido, sino como algo sofocante defendiendo su amor en secreto y buscando evitar los comentarios ajenos de individuos, con cerebro medieval.
No es falta de cariño. Nosotras es una película francesa nominada al Globo de Oro como mejor película hablada en lengua extranjera en el 2021 dirigida por el debutante Filippo Meneghetti. Y está protagonizada por la estrella del cine alemán Barbara Sukowa, acompañada de Martine Chevallier, Léa Druker, Jérôme Varanfrain y Muriel Bénazéraf, entre otros. La historia se centra en Madeleine (Chevallier) y Nina (Sukowa), dos vecinas que mantienen un romance oculto, y planean hacerlo público vendiendo sus departamentos para vivir juntas en Roma. Pero todo se complica cuando la primera sufre un derrame cerebral que la hace depender de su familia. En primer lugar es necesario destacar la influencia tanto de Pedro Almodóvar como de Michael Haneke. El primero porque esta historia encajaría muy bien en la filmografía de este director, cuya influencia puede apreciarse especialmente en las situaciones irónicas que alivian la angustia generada por la situación relatada. Y el segundo porque también aborda la irrupción de la enfermedad en los romances de la tercera edad, que obstaculizan las relaciones haciendo intervenir a terceros. Un párrafo aparte merecen las actuaciones, por la forma en la que se complementan volviendo verosímil el romance. Es así como tenemos a una Nina extrovertida, cuya impulsividad la lleva a tomar malas decisiones, y a una Madeleine introvertida y reflexiva, motivo que genera la pelea previa al derrame cerebral, y que no puede ser resuelta por la imposibilidad de comunicarse, profundizando aún más la angustia que sienten ambas y expresan de formas diferentes. Por último es necesario destacar también la fotografía, a cargo de Aurélien Marra, por el uso de tonos cálidos en interiores, para mostrar el afecto de su pareja protagónica en los momentos de intimidad. Así como también el buen uso de la profundidad de campo, para mostrar situaciones simultáneas en una misma imagen, otorgándole dinamismo al relato. En conclusión, Nosotras es un relato intimista sobre un romance oculto entre dos mujeres que a pesar de su avanzada edad no pueden demostrarlo públicamente. Que otorga tanto la posibilidad de lucirse a este dúo protagónico de larga trayectoria como presenta a Filippo Meneghetti como un director interesante para ser tenido en cuenta a futuro.
La ópera prima de Filippo Meneghetti tenía todos los condimentos para que esta vire hacia un terreno novelesco o excesivamente melodramático, ruta que el realizador decide, con tino, no tomar. Madeleine (Martine Chevallier) y Nina (Barbara Sukowa) son dos mujeres que mantienen su vínculo romántico oculto desde hace décadas. Para el afuera, son vecinas de un complejo de departamentos. Puertas adentro, disfrutan de una relación profunda y sincera que Nina busca compartir con el entorno. Cuando planean mudarse juntas, la película pone el foco en la imposibilidad de Madeleine de, a sus 73 años, contarle a su familia que está en pareja con una mujer con la que desea convivir. El retrato de ese instante clave en el que pelea consigo misma para decir en voz alta sus deseos es captado con sensibilidad por Meneghetti, quien se propone ahondar en el abanico de emociones por las que atraviesa una persona que no está lista para hablar de su orientación sexual con sus seres queridos. Al efectivamente no poder concretar esa charla, la desilusión de Nina se entrecruza con un hecho que obliga a la pareja a reacomodarse a una realidad aún más dura: Madeleine sufre un derrame cerebral y no recuerda ese vínculo que era el sostén de su cotidianidad. Así, Nosotras se convierte en un film romántico en el que la reconquista es la base de su historia, con Nina luchando por ser recordada por una mujer que paulatinamente va acercándose a ella y alejándose de su familia fruto de la felicidad que le dejó esa vida compartida. Si bien el film se vuelve un tanto reiterativo al mostrar las visitas de Nina y sus pequeñas batallas, la ópera prima de Meneghetti maneja un tono medio, sin golpes bajos, que colabora a reforzar su atmósfera intimista.
Hasta hace algunos años estos temas se censuraban, se ocultaban o eran material de burla en determinadas producciones. De un tiempo a esta parte se ha ido modificando por suerte, o no, ya que dio lugar a una catarata de películas donde el tema de las elecciones sexuales son la bandera. Creyendo que contar “Romeo y Julieto” o “Romea y Julieta” están aportando originalidad, por otro lado también juega el punto que basándose en esto como prioridad, el filme presente logros, situación que no es real. En ese orden encontramos varios ejemplos, la muy sobre valorada “Secreto en la Montaña” (2005), la muy buena, sobre todo por las formas narrativas “Carol” (2015) y esa joyita llamada “La Vida de Adelle” (2013). “Entre Nosotras” se ubica muy cercana a “Carol”. Nina Dorn (Barbara Sukova) y Madeleine Girard (Martine Chevallier), son dos mujeres jubiladas, están secretamente
Filippo Meneghetti, guionista y su opera prima de ficción con la que cosechó premios y nominaciones por el mundo. Es que en este film no solo plantea una historia de amor, donde lo más importante no es que se trata de una relación entre dos mujeres ya jubiladas que siempre ocultaron su verdadero vínculo, sino la afirmación, lejos de los lugares comunes, sobre el derecho a la intimidad emocional, sobre la importancia de una profunda relación amorosa como motor para superar lo aparentemente imposible. Es un film que sorprende al espectador: comienza con imágenes del pasado pero también premonitorias, sigue con una actualidad donde dos mujeres ocupan los dos departamentos del último piso de un viejo edificio parisino, con la cobertura de ser vecinas para el mundo social y familiar. Un plan que las emociona no se concreta por la debilidad de una de ellas frente a sus hijos y ese disgusto y discusión siguiente tienen un correlato físico. Una de ella queda sin habla y una parte de su cuerpo paralizado. Su compañera, para estar a su lado pactará cualquier cosa, luchara siempre, y en esa trama de rebeldía y tono de policial, nunca bajará los brazos. Tenerse la una a la otra se remite a lo esencial para disfrutar la plenitud del amor.
Sobre las luces y las sombras de un amor adulto y disidente La opera prima de Filippo Meneghetti, nominada a los Golden Globes como Mejor Película Extranjera, retrata las vicisitudes de un vínculo secreto entre dos mujeres de setenta años. Madeleine (Martine Chevalier) y Nina (Barbara Sukowa) son dos mujeres jubiladas que están en pareja. Viven en departamentos enfrentados y están planificando mudarse a Roma juntas. Pero Madeleine tiene dos hijos que no conocen la naturaleza de este vínculo. La persistencia del secreto producirá una serie de complicaciones en las vidas de ambas. Nosotras (Deux, 2019) es una película en la que el romance, el drama y el thriller conviven de manera muy lograda. El guión está construído con una gran sutileza: los espectadores asistimos (en cierto momento, a la par de los personajes secundarios) a un progresivo descubrimiento de las claves en la relación entre Nina y Mado. Las tonalidades elegidas y la cantidad de luz con la que está fotografiada la película contribuyen a lograr un ambiente denso y opresivo, configurando un elemento más en la descripción de las implicancias de la profundidad de este vínculo. Las actuaciones de las protagonistas son muy buenas, en especial la de Chevalier, quien durante la mayor parte de la película debe comunicar, a través de miradas y de gestos, una amplia variedad de sensaciones muy intensas. Lo logra con gran maestría y de manera conmovedora. Meneghetti recibió nominaciones y premios por su labor como director de la que es su opera prima; por su lado, Aurélien Marra fue galardonada por su trabajo en la cinematografía. El secreto impuesto por el tabú de la sexualidad genera una prisión en las vidas de las protagonistas, y esta metáfora se reconstruye en las barreras que aparecen, de un momento a otro, entre los hogares de ambas. Asimismo, la perspectiva tomada al representar una etapa avanzada de la vida incluye un delicado retrato tanto de las limitaciones y la enfermedad como del erotismo y el amor, e incluso de las decisiones que los familiares a cargo deben tomar en relación al cuidado. En este sentido, la película recuerda a Amour (Michael Haneke, 2012).