El nuevo trabajo del director Jordan Peele arrastra las mismas virtudes y debilidades que tuvo su ópera prima, Get Out.
Su último proyecto ofrece una producción que consigue ser entretenida si bien está muy lejos de sobresalir como la gran obra de horror moderno que venden los medios de prensa norteamericanos y los amigos de la exageración.
Gente que en muchos casos parece haber descubierto el género con este realizador.
Peele es un buen artesano del cine que domina su oficio. Cuenta con una habilidad fantástica para construir situaciones de tensión y suspenso y como los buenos narradores captura la atención del espectador desde las primeras escenas.
El prólogo de Nosotros es estupendo y enseguida uno queda intrigado por el misterio que propone este relato.
Una propuesta mucho más ambiciosa desde los aspectos técnicos y argumentales, donde abunda la simbología y los elementos esotéricos que permiten que la trama pueda tener diversas interpretaciones.
A lo largo del conflicto Peele fusiona diversos subgéneros, desde la invasión de hogares al slasher clásico y el thriller apocalíptico que aportan escenas de suspenso efectivas.
En lo personal no encontré nada remotamente aterrador en este film, cuyo mayor fuerte reside en esos elementos bizarros que nos remiten a la serie de La dimensión desconocida.
Una propuesta que casualmente pronto tendrá su nueva versión en la televisión a cargo de este cineasta.
El reparto en general es bueno y sobresale Lupita Nyong´o (12 años de esclavitud), quien compone dos roles diferentes. Su presencia en esta película es el motor que lleva adelante el relato.
Peele aborda la mitología clásica de los doppelganger, los dobles malvados, que encuentran su origen en las mitologías nórdicas y germánicas. El director utiliza este concepto para establecer una supuesta analogía de la grieta que divide al pueblo de los Estados Unidos en los tiempos de Donald Trump.
Sin embargo, el comentario social se presta a muchas interpretaciones y luego se ve afectado por la gran idiotez que prima en la resolución de la historia.
Este es un problema que tenía también Get Out, que trabajaba algunas ideas interesantes relacionadas con los conflictos raciales, con una premisa que después resultaba una tontería.
En Nosotros hay numerosas situaciones que no tiene ningún tipo de explicación y hasta queda la sensación que Peele no tenía muy claro que hacer con estos personajes.
Hacia el final intenta impactar al público con un pseudo momento Shyamalan que no funciona porque el giro inesperado se puede predecir con facilidad desde la primera escena.
Nosotros tiene la pretensión de ser un exponente del cine de terror profundo e inteligente cuando desarrolla una historia mucho más tonta de lo que parece.
Frente a los estrenos habituales del género por supuesto cuenta con más virtudes en la parte técnica (impecable el tratamiento de la banda sonora), pero no es absoluto la obra maestra indiscutible que exagera especialmente la crítica norteamericana.