Galos burgueses en problemas.
El actor, y ahora guionista y director, Richard Berry se sube al caballo de la trasposición de una obra de teatro exitosa como ya ocurriera con Le prenom (2012), film que además llegó a tener su versión italiana, estrenada la semana pasada. Al igual que aquella, el concepto de teatro filmado vuelve a poner el acento en una idea equivocada de lo que es el cine y que se liga a uno de sus elementos constitutivos que no es otro que el movimiento dentro del espacio. No basta mover una cámara para salirse de una puesta en escena totalmente teatral como la que propone nuestras mujeres y esa apuesta, además, predispone un modelo de actuación particular que para la pantalla genera por un lado cierta inquietud en el espectador y por otro, perturbación por la sobre exposición.