Dos para darse
Los primeros minutos del filme nos muestran a Jay (Jason Segel) y Annie (Cameron Diaz) como dos maratonistas sexuales, una pareja capaz de tener relaciones donde y como fuera. Jay puede excitarse con la brisa que roza su pantalón; Annie no se queda atrás, y así pasan los días, dándose masa. Hasta que un día llega la lógica consecuencia, ella queda embarazada y las cosas cambian, aunque no tanto como cuando llega el segundo bebé; entonces aquellas épocas de dunga dunga pasan a ser un recuerdo, cada vez más borroso.
Entre la crianza de los críos y las obligaciones en general, aquel fuego es apenas una chispa a que deciden avivar grabando un video, algo para darse un poco de marcha, encender los motores de nuevo y ver qué pasa.
Y lo que pasa es que el dichoso videito queda en la computadora y accidentalmente se sube a la nube, lugar virtual donde se almacenan archivos, y desde donde amigos y familiares puede acceder a ver el fogoso encuentro. Al notar semejante situación, la pareja emprende la aventura de tratar de evitar que algo tan privado llegue a ojos de sus conocidos.
Diaz y Segel ya habían demostrado tener buena química en "Malas Enseñanzas" bajo las órdenes de este mismo director, quien tiene buena mano para la comedia, pero que en este caso se excede en su duración y desarrollo de algunas situaciones. La propuesta es osada, pero al mismo tiempo se queda a mitad del camino que propone transitar. Por otra parte, resulta ser un buen vehículo para lucimiento de Cameron Díaz que se reafirma como sexy comediante ya en sus cuarentas, aunque esto no sea tan valorable para los que la quieran en plan oscarizable.
Sin dudas se trata de un tema con el que muchas parejas se sentirán identificadas, y de un alerta para aquellos que no tienen un completo dominio de la tecnología. Todo llevado con liviandad y gracia, sin mucho más que ofrecer que un ameno pasatiempo.