La comedia inocente que quería ser zarpada...
"Sex Tape", del director Jake Kasdan ("Bad Teacher", "Walk Hard"), fue un película rodeada de problemas y supuestamente perjudicada por una campaña de desacreditación por parte grupos de conservadores y algunas distribuidoras que se negaban a vender el proyecto por su título y temática... ¿realmente la vieron a la película antes de hacer tanto lío? Porque de zafado o contenido sexual tiene poco y nada. De hecho, para la temática que aborda, es bastante floja.
Habría que ver si realmente los débiles resultados de recaudación tienen alguna relación con el título, del cual decían que alejaba del cine a las familias y "confundía" a cierto público que quería ir a ver la nueva comedia romántica de Cameron Díaz, pero la verdad lo dudo mucho.
Para empezar, si bien la película no tiene escenas realmente fuertes, su trama es sobre un matrimonio que decide hacer un video porno casero, o sea que de entrada "la familia", dígase con hijos menores de edad, no es el público objetivo, o al menos no debería serlo. El público adulto que sí fue a verla y se esperaba una buena trama y al menos alguna escena hot de la Díaz, se decepcionó porque no consiguió ninguna de las dos. Lo más divertido que pueden encontrar es una escena de manual humorístico con un perro y lo más caliente puede llegar a ser ver a los protagonistas desnudos de atrás y haciendo algunos movimientos que simulan sexo. Eso es todo. Nota al margen: Las tomas de atrás de ambos actores son cero sexies.
La comedia no funciona en primer lugar desde el guión. Comienza de manera dinámica, mostrándonos como se conocieron Cameron Díaz y Jason Segel y luego como su relación se vuelve una fogosa sucesión de garches en los lugares más variados como una plaza pública, una biblioteca o un auto. Luego nos muestran a la pareja ya casada y con hijos en la rutina diaria de ser padres. Una noche de festejo, deciden dejar a los niños con sus abuelos y celebrar juntos como lo hacían antes, teniendo sexo como cachondos adolescentes, por lo cual a ella se le ocurre filmarse haciendo todas las posiciones de un libro sexual. Hasta acá venimos más o menos bien, pero cuando comienza el nudo de la trama es cuando todo se vuelve cada vez más tonto y bizarro. Por error, el video se autoenvía a todos los contactos a los que Segel les regaló iPads que ya no usaba, algo que parece demasiado generoso y muy de primer mundo, hasta para USA. Cuando la pareja se da cuenta, comienza la búsqueda desenfrenada para evitar que el video se viralice y el atractivo del film comienza a caer estrepitosamente. Los guionistas largan una sucesión interminable de chistes pocos divertidos, situaciones que pretenden ser bizarras y sólo terminan siendo ridículas y un villano al que no le dio el cuero para su rol. La resolución de la trama es demasiado simple e inverosímil, con un final que pretendió ponerle la cereza al postre y sólo puso de manifiesto que lo único zarpado del film era su título. Todos hablan de la química de Cameron Díaz y Jason Segel como pareja y la verdad es que por separado son buenos profesionales, pero yo no vi nada sexy ni una interacción que me resultara muy atractiva. No la recomiendo.