Nueva mente

Crítica de Fernando Sandro - Alta Peli

Los desechos de la sociedad

¿A dónde va a parar todo aquello que tiramos a la basura? Nosotros lo ponemos en bolsa, lo dejamos en el canasto y nos desligamos del tema. Pero a partir de ahí se inicia un nuevo recorrido y una nueva problemática.

Ulises de la Orden es un destacado documentalista con más de diez años de trayectoria y casi una decena de películas en su haber, siempre en el formato documental, y más precisamente el género del documental social.

Su foco siempre está puesto en las causas de las minorías, en observar a los que otros prefieren no ver, escucharlos, comprenderlos, y llegar a su corazón de una manera comprometida.

Nueva Mente no es la excepción, y esta vez el objeto serán las cooperativas de tratamientos residuales.

Ya se sabe: el capitalismo es voraz y encuentra un negocio en lo que sea. La basura también es un negocio, y la intervención de cooperativas manejadas por los propios trabajadores organizados puede ser toda una molestia para estos objetivos.

Trabajadores que hacen un trabajo que nadie quiere hacer, que cargan con miles de prejuicios; marginados, llevados hasta el extremo, encontraron una salida a sus dificultades uniéndose, nucleándose, y a la vez ofrecen una solución para un problema ambiental latente.

Reutilizables

Entre 1977 y 1978, se llevó a cabo un plan de erradicación de villas y basurales de la Ciudad de Buenos Aires, ubicándose en la localidad bonarense de José León Suárez en donde se creó el CEAMSE, y a su alrededor los barrios de emergencia a orillas del Río Reconquista.

Por día, la cantidad de basura arrojada allí supera las 15000 toneladas, con la cual se rellena el parque.

Actualmente, hay diez cooperativas integradas por cartoneros, cirujas, recuperadores urbanos, que se encargan de la tarea de reciclaje. De este modo colaboran inconmensurablemente con el medio ambiente y le encontraron una salida a la marginación a la que fueron relegados socialmente ¿Le encontraron una salida?

La cooperativa Bella Flor es una de esas diez cooperativas, y este es el caso que nos presenta Nueva Mente.

A través de los testimonios de los propios trabajadores, material de archivo, una cámara atenta e información brindada, conocemos sus historias y sus opiniones, las que van de lo macro a lo micro y viceversa. Ayudando a la sociedad, se ayudan a ellos mismos.

Estas cooperativas necesitan de nuestra colaboración. Nueva Mentebusca en una primera instancia que tomemos consciencia acerca de la importancia de reciclar y separar nuestros residuos entre orgánicos y reciclables. La información que presenta al respecto es insoslayable, irrefutable.

Pero, por supuesto, Ulises de la Orden no se queda en lo ecológico y aborda a las personas. Bella Flor, así como las otras cooperativas, logró emplear a trabajadores que no tenían ninguna oportunidad: ex presidiarios, madres solteras, desocupados fuera de las búsquedas laborales. Esa gente que posee un estigma desde el vientre, y es un estigma que aún mantienen, porque ¿cuál es la consideración que tenemos sobre alguien que trabaja como recuperador urbano? Es más, ¿cuántos de nosotros los llamamos así?

Nueva Mente es un documental esperanzador pero a la vez realista sobre los desposeídos y marginados. Sobre esa gente que sabe mejor que nadie lo que es luchar toda su vida por un plato de comida y una muda de ropa; y a los que algunos consideran que no hacen mérito suficiente para poder vivir mejor.

Son historias de vida, de fuerza y garra, y en definitiva de amor.

Sin necesidad de golpes bajos de ningún tipo, sin recurrir a manipulaciones, De la Orden logra emotividad pura desde la realidad. Esa realidad que le tapa la boca a todos nuestros prejuicios.

¿Quién come de lo que no comemos?

Hay otra arista fundamental y latente en Nueva Mente: la política; que no necesariamente estará expuesta directamente, es algo omnipresente.

Hay un negocio enorme detrás de la recolección de la basura, claro, negocios no del todo limpios… y no hablamos de los basureros que se ensucian trabajando. Cooperativas como Bella Flor significan una pérdida de ese negociado, y es ahí en donde se les suma otro conflicto.

Deben pelear contra políticas adversas. Un Estado que no toma políticas ecológicas reales, que no les ofrece una solución a los trabajadores, pero que hace todo lo posible por complicar el trabajo de estas uniones laborales.

Hay un trazado histórico con épocas bravas, mejores, y las actuales en las cuales desde los mismos entes estatales se desprenden conceptos marginadores y estigmatizantes.

Nueva Mente adquiere una contundencia narrativa que no necesita de mayores articulados para demostrar todas sus posturas. Claro, no es objetiva, es imposible ser objetivo, hay que estar del lado de los trabajadores, siempre.

Como en sus anteriores trabajos, De la Orden no va a hacer uso de despliegues visuales o narrativos que hagan lucir técnicamente su trabajo. Sabe otorgar el protagonismo a los testimonios y a las historias, y con eso alcanza para mantener la atención constante sobre el foco de lo importante.

Gente que pudo estudiar, que aprendió a leer y escribir, actuales profesionales que lograron darle un posible futuro a sus hijos y también a ellos mismos. Historias de vida con humanismo a flor de piel. Si alguna lágrima emotiva ronda por nuestra mejilla, está bien.

Desde la simpleza, desde la emoción y la contundencia de una denuncia que no necesita ser declamatoria, Nueva Mente penetra en nuestra consciencia y en nuestros corazones. Hay mucho que podemos hacer desde nuestro lugar: separar residuos adecuadamente, facilitarles el trabajo y ayudar a nuestro medio ambiente; y también ampliar nuestra miradas, despejarlas de la basura y lograr crear una nueva mente.

Documentales como Nueva Mente son de un valor fundamental que exceden a lo puramente cinematográfico.