A juzgar por los primeros minutos de Nueva Mente, la recolección formal (a cargo de empresas públicas y privadas) e informal (el llamado cirujeo) de basura preocupa hace décadas a la opinión pública porteña. Sin embargo, el nuevo documental de Ulises de la Orden revela, por un lado, la ausencia de políticas destinadas a tratar los residuos con criterio ambiental y, por otro lado, el desamparo de los cartoneros reunidos en cooperativas, que entienden mejor que nadie la necesidad de procesar debidamente los desechos para revertir la contaminación y otras violencias derivadas de la conversión de tierras fiscales en basurales.
Una contundente compaginación de artículos periodísticos e informes televisivos de ayer y hoy ilustra una preocupación histórica que parece meramente declarativa o tan efímera como los titulares que inspira. El realizador contrasta esta enunciación mediática con el testimonio de entendidos en la materia: el antropólogo Francisco Suárez, el sociólogo Waldemar Cubilla, integrantes de la Cooperativa Bella Flor.
Esta confrontación discursiva pone en evidencia el desinterés y desconocimiento de muchos ciudadanos respecto del recorrido de la basura, y las (in)conductas del Estado a la hora de gestionar los residuos y de reconocer los derechos laborales de los recicladores que trabajan por fuera del circuito privado-estatal. La contradicción entre preocupación por un lado e indolencia/negligencia/violencia por el otro enciende un primer foco sobre una realidad compleja, que De la Orden analiza en términos políticos, económicos, sociales, antropológicos, ecológicos.
Las imágenes de los rellenos sanitarios a cargo de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE) y de las instalaciones de la Cooperativa Bella Flor resultan tan contundentes como las fotos de archivo utilizadas al comienzo del film. Los testimonios de los entrevistados encienden un segundo gran foco, esta vez sobre la relación entre basura, hambre, pobreza, enfermedad, violencia institucional, delincuencia, cárcel, crisis habitacional.
Como en Amanecer en mi tierra, película que estrenó a fines de mayo pasado, aquí también De la Orden reivindica el cooperativismo en tanto lucha colectiva capaz de ganarles algunas pulseadas a los poderosos de siempre, y de aplicar principios ecológicos reñidos con la lógica de la propiedad privada y del lucro. Por esta misma razón, algunos espectadores relacionamos el segundo documental con el cortometraje Tu basura es mi tesoro que Marisa Turco les dedicó en 2013 a Ricardo Coco Niz y a la cooperativa El CorreCamino.
Ese mismo año, se proyectó e-wasteland de David Fedele en el 15° Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos en Buenos Aires, por entonces apocopado DerHumAlc. A diferencia de De la Orden (y de Turco), el realizador australiano documentó el proceso de reciclado manual de basura electrónica en playas de Ghana sin cederles la palabra a los niños, hombres, mujeres a cargo de la tarea tóxica.
Ante el recuerdo de ese otro antecedente, resulta todavía más valiosa la decisión autoral de haber privilegiado los testimonios de Lorena Pastoriza, Nora Margarita Rodríguez, Ernesto Lalo Paret, Orlando Oscar Kun Olivar, Víctor Chaco Gómez. El protagonismo acordado a éstos y otros integrantes de Bella Flor resulta fundamental en un largometraje que, tal como adelanta su título, postula la imperiosa necesidad de cambiar nuestra mentalidad de manera radical para que los basurales dejen de ser un negocio suculento (y de paso disciplinador) disfrazado de problema eterno.