Simplemente, reciclar gente
Por lo general utilizamos la palabra “basura” para denostar, para realzar los aspectos más indignantes de algo. Sin embargo, detrás de esa palabra que no necesita ningún adjetivo calificativo existen múltiples factores asociados, entre ellos la chance de trabajar, por otro lado la expresión más acabada de la codicia al ver el negocio en el acopio de toneladas y en el transporte de todos esos residuos que a diario aporta la comunidad en su quehacer habitual sin la necesaria conciencia ambiental pero aún peor solidaridad con aquellos que viven del reciclado.
En ese sentido, la propuesta de Ulises de la Órden parte de una base completamente centrada en el micro universo de la basura desde un racconto histórico bien apoyado por material de archivo aunque siempre con un criterio de amplitud y reflexión para tender puentes comunicantes entre el pasado y el presente. Los actores bien identificados encuentran a lo largo de los 70 minutos de duración un espacio para sembrar información ya sea desde la experiencia de vida en el trabajo cotidiano para encontrar en el reciclado de basura el sustento y la esperanza de un cambio mayúsculo que se esparza entre conciencias o nuevas mentes como sugiere el título.
En los testimonios de cada integrante de la Cooperativa Bella Flor se reconoce por parte del director un buen punto de partida para por contraste abrevar a las aristas oscuras de un fenómeno social que arrastra tanto las miserias humanas del capitalismo y sus reglas de exclusión como las virtudes en la constante lucha desigual y capacidad de adaptación con el entorno, sus circunstancias y contexto. También cabe destacar el aporte de sociólogos y expertos en la materia para complementar la parte empírica que encuentra en el registro de cabezas parlantes la voz de los verdaderos protagonistas del cambio, los actores sociales importantes que conocen en demasía las ventajas del reciclado y alertan sobre los peligros del avance de la tecnología o de ideas más drásticas que quitarían una gran capa de contención a una realidad que a pesar de los gobiernos, dirigentes y cuadros políticos no se atiende con la urgencia que merece.
Tomar contacto con Nueva mente es en primer lugar encontrar el espacio de reflexión, sin didactismo aburrido y en segundo término con una cara invisible de la conflictiva social, las asimetrías entre clases y cierta cuota de optimismo si se rompen miradas ya pasadas de tiempo. Simplemente se trata de reciclar gente.