Nueva York sin salida es un proyecto independiente de los hermanos Russo que consiguieron producir mientras trabajan en las entregas finales de Avengers.
Chadwick Boseman, el protagonista de Pantera Negra, es la figura central del reparto que cuenta también con las participaciones de J.K.Simmons, Sienna Miller y Taylor Kitsch (John Carter).
En este caso los Russo delegaron la dirección en Brian Kirk (Game of Thrones), un realizador de televisión, quien brinda un trabajo decente que los seguidores del género policial sabrán apreciar.
La película presenta esa clase de conflicto que en la literatura suelen ofrecer a menudo autores como Ed McBain (Precinto 87), James Patterson (Alex Cross) o Lee Child (Jack Reacher).
El director establece en las primeras escenas el origen de los códigos morales del protagonista y luego se mete de lleno en la construcción del misterio que se desarrolla a lo largo de un día, motivo por el cual tampoco tenía tanto tiempo para centrarse en un desarrollo profundo de los personajes.
Disfruté mucho de este film que no le aporta nada nuevo al género, inclusive es bastante mundano, pero evoca con acierto el cine policial de la vieja escuela.
A diferencia de lo que vende el afiche promocional, si bien esta producción tiene buenas secuencias de acción, este no es el fuerte de la propuesta del director Kirk que se centra más en las investigaciones del protagonista.
Para que se hagan una idea de lo que pueden encontrar, Nueva York sin salida está más en sintonía con Una noche para sobrevivir (2015), con Liam Neeson, que se desarrollaba por un rumbo opuesto a las entregas de Taken.
Boseman lleva adelante el rol principal y está muy bien en un film que tampoco le daba tanto material para destacarse en un rol dramático.
Nueva York sin salida brinda un entretenimiento efectivo con este tipo de relatos que hoy llegan con más frecuencia a la plataforma de Netflix, por lo que es una buena opción para disfrutar en una sala de cine si buscan un exponente decente del género.