Una propuesta poco innovadora pero eficiente.
¿Qué provecho le pueden sacar los Hermanos Anthony y Joe Russo al haber dirigido la película más taquillera de la historia? Al parecer, la respuesta es ser productores. El primer paso es unir fuerzas con uno de los intérpretes que supieron dirigir en las huestes Marvelitas, en un policial intitulado Nueva York Sin Salida.
Ya se esparcen las noticias…
Nueva York Sin Salida es un sencillo y eficiente título de acción, no pocas veces consciente de que no está innovando en nada y que está relatando una historia que ya se ha visto sendas veces.
El espectador podrá intuir con mucha facilidad la estructura: ladrones matan policías, al principio el bien parece prevalecer y los ladrones tienen los minutos contados, solo para que todo sea más complicado de lo que parece en el entorno del detective que investiga el caso.
Sin embargo, lo que la hace diferente (apenas un poco) es el desarrollo de sus personajes. Desde el vamos conocemos a fondo el sentido de justicia con que creció el detective protagonista y su extremo sentido de la honestidad. Por extremo queremos decir algunas balas de más.
También atrae su inteligencia, eficacia y la manera en que conoce la ciudad de Nueva York como su propia mano. Por otro lado, tenemos a los ladrones: ambos con un lazo de hermandad fuerte que data del ejército, pero opuestos en su proceder; uno de gatillo fácil y el otro más sensible.
La empatía con todos los personajes está ahí, y es prácticamente lo que consigue contrarrestar su falta de innovación.
A ambos lados de la ecuación se le presentan complicaciones ascendentes y consiguen en lo indispensable que te preocupe si van a lograr sus cometidos. No es tanto una cuestión de si la policía va a arrestar a los maleantes, sino de quién consigue primero su objetivo.
A nivel técnico Nueva York Sin Salidaes prolija, con fotografía y montaje respondiendo a las eficientes escenas de acción, sin ninguna búsqueda o simbolismo que se pueda percibir a simple vista. Hay quienes podrían decir que bordea en lo televisivo, y no se van a equivocar.
En el apartado actoral, Chadwick Boseman se lleva prolijamente al hombro al detective protagonista. Esta reseña no los va a engañar: la primera vez que lo vean van a seguir viendo al Rey de Wakanda, pero pasado cierto tiempo de metraje el actor consigue convencer (de nuevo, en lo mínimo indispensable) como un personaje distinto.
Taylor Kitsch y Stephan James son prolijos como sus contrincantes del otro lado de la ley, aunque cabe destacar que hay ocasiones donde James destaca por su sensibilidad. A ellos los acompaña J.K. Simmonscomo un determinado capitán de policía, quien ve a los oficiales a su mando como su familia más que como subordinados. La pasión y convicción que le mete Simmons a un rol genérico y poco trascendental, es un testimonio a su sólido nivel interpretativo.