Burke Ryan (Aaron Eckhart) es un exitoso autor de libros de autoayuda que enseña cómo enfrentarse al dolor ante la pérdida de un ser querido, pero es incapaz de seguir sus propios consejos. Burke se ha basado en su experiencia personal tras perder a su esposa trágicamente, y ahora se dedica a impartir talleres para superar las pérdidas familiares. De regreso a la lluviosa Seattle y con motivo de dictar su seminario, conoce inesperadamente a Eloise (Jennifer Aniston), una florista algo desengañada con el amor que, poco a poco, se convierte en la única persona capaz de ayudarlo a enfrentar sus propios fantasmas. Con algunos cuantos lugares comunes y algunas escenas algo aparatosas, esta película simula ser una comedia romántica (por el afiche, por la Aniston), pero es más que nada una comedia dramática, dada la temática de las pérdidas familiares, la cauterización de heridas no cerradas y la capacidad de volver a amar cuando todo parece perdido. Eckhart sale mejor parado que Aniston: él sabe mejor cómo mostrar los diferentes momentos de su personaje (especialmente los más catárticos), mientras ella queda algo desdibujada y sólo es el sostén del protagonista. Entretenida, pero floja. Para ser una ópera prima, es un aprobado.