El misticismo de Malgorzata Szumowska y Michal Englert
La película enviada al Oscar por Polonia en 2021 es un relato enigmático y al mismo tiempo una metáfora social, a partir de un personaje que puede dilucidar lo oculto en un grupo de personas.
Zhenia (Alec Utgoff) es un masajista extranjero que llega desde el Este, de una ciudad cerca de Chernóbil y tiene cualidades relacionadas a lo místico transmitidas por su madre en el pasado. Trabaja en un barrio donde sus residentes son de alto poder económico y con problemas personales ocultos, que Zhenia con su estilo personal, ayudará a resolver.
El protagonista se relaciona con las mujeres, en particular con María (Maja Ostaszewska), Ewa (Agata Kulesza) y Wika (Weronika Rosati); y también con los hombres, como el caso del esposo de Wika (Lukas Simlat), llevándolos través de sus sueños a un bosque lleno de niebla, de luz y de oscuridad con su particular tratamiento.
Resulta atractiva la atmósfera que se construye a lo largo del relato, con espacios rígidos que forman figuras geométricas equilibradas y movimientos de cámara lentos con colores que enfatizan la monotonía del ambiente. En ese espacio rutinario y gris surge el tono de fantasía con la mirada disruptiva de Zhenia, como si su mundo interior -y la relación con el recuerdo de su madre- coparan la imagen de la película.
Nunca volverá a nevar (Sniegu Juz Nigdy Nie Bedzie, 2020) presenta también una parábola social. La ayuda para los individuos de alto poder económico viene de un extranjero de una posición social menor, siendo él quien trae el conocimiento. En ese punto es también una película sobre la migración y las relaciones sociales con estos individuos. Vínculos de soledad y silencio a través de los cuerpos.
Otro elemento importante es la relación que tiene Zhenia con la naturaleza. Los problemas del ser humano con el medio ambiente surgen a través de ese vínculo expresado cuando el protagonista camina entre las casas del barrio privado como si caminara en el bosque de sus sueños, y tiene una interacción con los postes de luz, dando a entender su conexión con lo sobrenatural.
El misterio acerca de la identidad del personaje cierra el círculo de una película que deambula entre lo real y la fantasía, en un límite atractivo y emotivo.