Si Zhenia (Alec Utgoff) es un exiliado ucraniano en Polonia, sus clientes son exiliados polacos en su propio país: el barrio cerrado de los ricos es un escenario uniforme y separado del mundo que funciona como un mapa emocional de sus habitantes: seres tristes que encuentran en los poderes curativos del extranjero una tregua a sus dolores físicos y psicológicos. Nunca Volverá a Nevar es una fábula onírica sobre la alienación de la cultura postmoderna y la posibilidad de autodescubrirse en el Otro, personificado en una especie de ángel benévolo criado en los escombros de Chérnobil.