Baker Dill tiene un bote pesquero en la isla de Playmounth, y se encarga de llevar turistas a que atrapen grandes peces en el océano. Pero su verdadera pasión, o más bien, obsesión, es pescar un enorme ejemplar de atún que lo atormenta en sueños. Pero todo cambia, cuando su ex pareja se hace presente en el idílico lugar, pidiéndole un peligroso favor que involucra a su marido golpeador, y el hijo que tiene con el propio Baker.
Obsesión es una película bastante compleja para analizar, y no en el buen sentido. No nos referimos a complicados movimientos de cámaras, o de un film experimental, sino que es una de esas cintas que apenas se puede hablar de ella sin entrar en el terreno de los spoilers, y que dichos spoilers involucran giros de guion al mejor estilo M. Nigh Shyamalan.
Entendiendo eso, podemos asegurar que Obsesión es un verdadero desastre. No lo decimos por el plot twist mencionado en el párrafo anterior, porque seguro habrá gente que le guste dicho volantazo de la trama. Pero es que el guion no hay por donde agarrarlo; y no solo por sus situaciones poco verosímiles, o con presencia de algunos personajes que no aportan nada a la trama.
Los diálogos provocan risa (no forzada). Recordando el famoso gag de Los Simpson donde un publicista le menciona a Homero sobre un comercial con gente gritándose cosas sin sentido; acá podemos ver lo mismo. Pareciera que cada personaje está hablando de un tema distinto en todas las conversaciones, porque las respuestas o reacciones en más de una ocasión son incomprensibles.
Así como también ver como Matthew McConaughey se queda en cuero (con planos de su ejem, espalda baja) sin que lo que está pasando en pantalla lo pida. Entendemos que se quiera vender la película con el cuerpo del actor, pero podría haber sido más sutil, con escenas que justificaran dichos encuadres.
De todas formas, no todo en Obsesión es un desastre. La fotografía es lo más destacable de todo. Y los actores también aportan bastante (sobre todo el ya nombrado McConaughey), sobre todo para darle un poco de verosimilitud a un guion tan caótico y con diálogos tan ridículos.
Obsesión podría haber sido un buen thriller, o una buena película con una gran vuelta de tuerca final. Pero el pobrísimo guion tira abajo todo el potencial que se tenía (actores incluidos), haciendo que estemos ante uno de los films que seguramente entre dentro de lo peor del 2019.