Compralo en lata mejor
En una pequeña isla donde todos se conocen, y a bordo de un barco que llama suyo aunque el banco no esté del todo de acuerdo, Baker Dill se dedica a llevar turistas a alta mar para hacer pesca deportiva cuando lo que él mismo pesca no le alcanza para pagar las cuentas.
Y si no es un trabajo tan rentable como para otros pescadores de la isla, es en gran parte por su obsesión por capturar un gran atún que se le escapó varias veces cuando ya lo creía apresado. Lleva una relativamente apacible vida con algunos sobresaltos, hasta que se le aparece un fantasma de un pasado que había borrado de su vida varios años antes: la esposa que mientras él estaba de servicio en medio oriente lo abandonó para casarse con un contratista tan acaudalado como violento. El mayor enojo de Baker es que lo hizo llevándose consigo al hijo de ambos, un chico aparentemente prodigioso con el que no volvió a verse, pero cuya presencia siente continuamente a su alrededor como si tuvieran una conexión espiritual.
Por supuesto que no es casualidad que ella eligiera justo ese lugar para sus vacaciones. Después de años de abusos llegó a la conclusión de que no saldría viva de un divorcio y que la única forma de darle un mejor futuro a su hijo es provocando su propia viudez. La oferta económica que recibe Baker Dill a cambio de orquestar un accidente en alta mar es muy tentadora, pero saber que su propio hijo está forzado a convivir con ese hombre despreciable es lo que podría torcerle el brazo mejor que el dinero y las promesas de amor de su ex esposa.
Soy las reglas
Hay varias cosas que son muy de manual en Obsesión, aunque demuestre voluntad de proponer algo más original. El triángulo pseudo romántico que propone tiene todos los ingredientes del noir, con una femme fatale que busca la salvación en un héroe reacio, a quien intenta seducir para lograr su meta. Pero el protagonista tiene el tino de resistirse por dudar de sus verdaderas intenciones.
Mientras tanto, da varias vueltas antes de llegar a lo que es evidente que tiene que suceder desde el primer minuto cuando se plantea el conflicto: pero se toma el trabajo de meter en el medio un giro de ciencia ficción, de la mano de un extraño hombrecito de traje que parece saber mucho más sobre lo que está sucediendo que el resto de los involucrados.
Jugando con los límites de su cordura, Baker Dill (Matthew McConaughey) se cuestiona la realidad que está viviendo al tiempo que debe tomar la decisión de hacer lo que le pide su ex esposa, mientras el resto del universo parece querer empujarlo a concentrarse en su duelo con el atún. Este agregado es fundamental para convertir una trama intrascendente en algo con un poco más de sustento, pero llega tan tarde y de forma tan lavada que -aunque sirve para levantar un poco- no alcanza a sacar la cabeza del agua por mucho tiempo.
Finalmente, ni siquiera hay carisma de los protagonistas como para remarla: los pocos momentos interesantes desde lo actoral en Obsesión vienen de personajes secundarios pero nunca de las dos estrellas apáticas que encabezan.