La pasé muy bien viendo esta película. Dos horas que pasaron volando, en las cuales me entretuve y me reí.
La “Saga Ocean” siempre supo mantener un cierto nivel de excelencia por su cast de alto calibre.
Y si bien cada secuela empeoró un poco en comparación con su predecesora, ninguna fue mala.
Más de una década después del último estreno, llega un nuevo gran robo, pero con un cambio de paradigma (y director).
Ahora el elenco está compuesto por grandes y renombradas actrices, con Sandra Bullock a la cabeza, quien hace de Debbie Ocean, la hermana de Danny (George Cloney).
Ella acaba de salir de la cárcel, y en sus cinco años de cautiverio estuvo planeando su gran golpe.
Con la misma fórmula que ya se ha probado vemos como se ensambla el cast y hacen la inteligencia previa.
Todo con buenos diálogos, y con un necesario toque de mujer. No es casual que esta película llegue justo en un año como el que estamos transitando.
El director es Gary Ross, quien sin ser Steven Soderbergh, hace un buen trabajo siguiendo una línea y estilo pre-establecido, y lo ayuda mucho el montaje.
En cuento al elenco, es de primera línea, compuesto por: Anne Hathaway, Sandra Bullock, Cate Blanchett, Mindy Kaling, Rihanna, Helena Bonham Carter, y Sarah Paulson.
Están todas muy bien (salvo por el exceso de botox que tiene Bullock en la cara) y cada una tiene su momento.
Me sorprendió Rihanna, quien no es una actriz consagrada y no es opacada por ninguna de sus coprotagonistas.
En definitiva, es una buena película para pasar el rato y que te deja con ganas de ver más a este grupo.