El espejo siniestro
Una aproximación al terror que escapa a algunos de los convencionalismos del género es la que propone el director indpendiente Mike Flanagan, el mismo de Ausencia.
Con un espejo maldito como elemento de unión entre el pasado y el presente, el realizador construye un relato que perturba e inquieta al plasmar la vida de dos hermanos que conocieron la tragedia familiar. Tim (Brenton Thwaites) tiene 21 y durante los últimos once años estuvo encerrado en un instituto psiquiátrico acusado de asesinar a su padre. El presente lo une con su hermana Kaylie (Karen Gillan, de la serie Dr Who), obsesionada con un espejo conocido como el Lassar, que originó la tragedia familiar y terminó con la vida de todos sus dueños desde 1754.
Oculus desata una fuerza sobrenatural maligna y refleja las situaciones que afrontan los protagonistas de manera distorsionada, dando la información necesaria al espectador hasta el inquietante desenlace. Atípica en su narración , acumulando algunos sobresaltos y haciendo hincapié en los temores infantiles sobre un orden cotidiano alterado, la película tiene sus méritos en un año en el que el terror no ha brillando por su imaginación.
En medio de alucinaciones (¿Kaylie come una manzana o una lamparita eléctrica?) y de un clima terrorífico al estilo de El resplandor, con dos chicos escapando de un padre enloquecido y madre poseída, la historia va reconstruyendo lo que pasó tiempo atrás a partir de un presente que tampoco parece demasiado alentador.
En el elenco sobresale Annalise Basso, como la pequeña Kaylie, una niña que transmite la desesperación a cada instante, en este rompecabezas diabólico en el que los juegos de la mente también se guardan sus trucos. Hay que seguir de cerca los trabajos de Mike Flanagan: Somnia se anuncia para el año próximo.