Tengo que confesar que vi la versión coreana porque me la recomendaron y tenía cierto recelo. Fue la primera y única vez que vi una película sola en mi casa y cuando terminó me pareció tan genial que aplaudí a la televisión por medio minuto.
Todos sabemos que los remakes y las comparaciones son odiosas, así que digamos solamente que la crítica que sigue es de la prima anémica y desabrida de esa maravillosa primera versión. Josh es un tipo detestable. Es físicamente repulsivo (porque remarcan su aspecto dejado), borracho y sin ningún código. Aparentemente no siente respeto ni amor por nadie y hasta te lo llevan al extremo mostrando cómo no le interesa estar presente en el cumpleaños de su hija porque “como tiene tres años seguro que ni registra”.
En esa necesidad americana de mostrar causa consecuencia sin dejar que el espectador deduzca absolutamente nada, toda esta introducción es decadente y casi sin sentido, pero empieza a tomar otro color cuando él es secuestrado.
Lo poderoso de verse librado de la libertad es que su celda es una habitación de un motel de mala muerte, en la que no hay ventanas sino imágenes que cambian. Todos los días come exactamente lo mismo y su única conexión con el mundo exterior es una televisión que muestra sólo los programas que él debe tener en cuenta.
Esta estructura, claro, apoyada en las capacidades actorales de Brolin que realmente pone toda la carne al asador. El resto del elenco se completa con Elizabeth Olsen que es la hermana menor de las mellizas y que está queriendo codear para tener su lugar. Esa cara de pobrecita ayuda al papel virginal que tiene que hacer pero la verdad es que no suma más que un par de muy adorables ojos azules.
Si pagan la entrada por ver a Samuel L Jackson, quédense en casa porque aparece un suspiro y ni siquiera destaca. El villano, prácticamente un Lex Luthor con mil televisores y un piso vidriado (aparentemente la intimidad no es algo que le preocupe) Sharlto Copley es de lo peorcito con tonada británica que vi en mucho tiempo. De verdad. Y eso incluye a Daniel Radcliffe.
En orden de no hacer la película tan visceral y poder justificar las aristas del personaje, ésta que es la segunda entrega de la “Trilogía de la Venganza”, queda un poco fofa y juvenil la anécdota que desencadena la furia con un villano estereotipado y unas cuantas chicas asiáticas que tienen que disfrutar de desafiar la gravedad.
Spike Lee imprime su estética que se aleja de la cuidadosa asiática para ser más cruel y más ruda. No vamos a decir que no le funciona pero creo que si dejamos los artificios para centrarnos en la historia y nuestra versión es de por sí más light, no pueden creer tener otro resultado. Cuestión: la violencia que hay, aparece sin sentido.
La venganza, un poco desmedida y un tanto infantil, el romance tirado de los pelos. Lo que sí estamos seguros, es que Brolin puede hacer que lo odiemos y que nos caiga mejor sólo por haberse cargado la película al hombro. Sentí que realmente faltó alma al despliegue.